¿Por qué actuamos de una u otra manera? ¿Qué determina las pautas de nuestro comportamiento y de nuestra personalidad?
Estas son preguntas a las que cada generación ha buscado respuestas.
Una curiosa teoría desarrollada por el anatomista alemán Franz Joseph Gall y su discípulo dio una nueva explicación, que fue extremadamente popular durante el siglo XIX y principios del XX.
Mediante el estudio de las facciones y de la forma y estructura exterior del cráneo humano, en el que previamente se habían ubicado veintisiete zonas cerebrales (entre ellas el amor de los hijos, la codicia, el orgullo, la amistad, el talento poético o la firmeza de propósito) y que estarían en más o en menos desarrolladas por cada individuo, sería posible determinar el carácter y los rasgos de la personalidad, incluidas las tendencias criminales.
Era la Frenología. (Más información e ilustraciones en nuestro artículo Por la forma de tu cabeza… puedes ser un asesino)
Enhorabuena a Alberto Márquez que fue el primero en adivinar la profesión, pero sobre todo muchas gracias a vosotros por participar y habernos hecho pasar unos buenos ratos con vuestras geniales respuestas.