Cuando escribes un guión titulado Mentiras y Gordas para luego dedicarte a la política no es de extrañar que haya chascarrillos a tu costa, más si terminas como cabecilla visible y representante de las sociedades gestoras, apoltronada en el trono y tribuna para las élites de actores de hollywood e intérpretes de canción ligera en el que la señora Sinde ha convertido el Ministerio de Cultura.
Hoy en el País (y siguiendo la linea editorial de tomar al lector por estúpido que dicho periódico ha decidido llevar desde hace ya un tiempo) la Ministra de Cultura aprovecha la ocasión que este medio le está brindando a todo famosete que ve peligrar su rockstar system, y recopila toda una serie de falacias, ocultamientos, medias verdades, mentiras y mentiras muy gordas en un artículo de verdadero facepalm.
Comienza la Ministra citando las licencias de El Quijote y, de paso comienza ocultando lo que no le conviene. Ocultar deliberadamente una información que no gusta que se sepa, y mostrar un texto recortado intencionadamente, sólo es propio de alguien que ya está acostumbrada a esas mentiras y ocultamientos.
Podéis leer vosotros mismos la sarta de estupideces de la Señora Sinde (con un buen puñado de ocultamientos y tergiversaciones deliberadas) con las que nos deleita en el artículo de El País y en él comprobaréis que la incultura que llevó a proclamar aquello de que si Mozart hubiera tenido derechos de autor no hubiera muerto en la indigencia, vuelve al ataque, en esta ocasión con nuestro patrio Cervantes.
Después de leer el artículo, podéis ver la licencia original en la Biblioteca Virtual Cervantes que la misma Ministra cita pero para recortar y ocultar a su gusto.
No voy a entrar con el machete a saco contra la mediocre colección de estulticias que suelta la señora Ministra en tan breve artículo porque, tengo que reconocerlo, se me hace difícil no soltar algún improperio ante tamaño intento de tomarnos por gilipollas, pero sí me gustaría tocar el tema de Edison y Melies al que la señora González-Sinde hace mención con tanto entusiasmo.
Atentos a la frase en la que dice textualmente «fue la piratería, tan frecuente en el cine mudo (otro salto tecnológico), la que acabó con cineastas innovadores como Méliès.» o esta otra en la que afirma «Lo lamentable sería que los Méliès de hoy fueran erradicados de la Tierra como lo fue el gran cineasta francés cuando gigantes como Edison lo llevaron a la ruina imponiendo un modelo de negocio que llevaba anejo un modelo narrativo, estético e ideológico único».
¿Se pueden decir estas barbaridades sin que nadie salte de la silla y le responda nada a esta señora? Al parecer sí. Nos hemos acostumbrado a que la Cultura en España sea sinónimo de lo que hacen y venden cuatro amiguetes ricachones que ya tenemos esta falacia tan incrustada en nuestro cerebro que no nos salta ninguna alarma antigilipolleces.
Decir que Melies fue erradicado de la tierra por la piratería y por «gigantes como Edison» es una barbaridad, pero ocultar que lo que realmente hizo multimillonario a Thomas Alba Edison fue el modelo de vivir para siempre con las patentes, derechos de autor y copyrights que la Ministra y sus amiguetes defienden, es simplemente mentir, mentir y mentir.
Edison elaboró una inmensa fortuna gracias a patentar y vivir de las rentas que esas patentes le dieron toda la vida (algunas aún siguen dando dinero). Usted es Edison, señora Ministra, usted mató a Melies.
En su artículo confunde y quiere confundir, que es peor. Si alguien en este teatro cervantino representa a Edison, es usted y sus camarillas de la SGAE. Ustedes mataron a Melies, pobretico mío…
Edison jodió en vida a muchas personas, entre ellas a alguien a quien la Ministra Sinde no nombra porque seguramente no tenga ni puñetera idea de quién era: Nikola Tesla… Un tipo curioso al que su loca idea de dar energía gratis a todo el mundo le llevó a enfrentarse con el gigante de las patentes, Edison… ¿Sabe qué, señora Ministra? Estoy convencido de que Tesla no estaría de su lado… Tengo la corazonada de que el gran Nikola Tesla estaría encantado con esto de internet… quizá ustedes lo mataron también…