Muchos descubrimientos científicos se han producido, o se han visto ayudados, por la intervención del azar, de una equivocación o de un accidente. A todos nos vienen a la cabeza un buen número de casos, como el tan conocido descubrimiento de la Penicilina por Alexander Fleming en 1928, cuando un hongo (PenicilliumNotatum) casualmente contaminó unas placas de cultivo de bacterias.
Hoy veremos otro caso donde la casualidad se alió de nuevo con el estudio y el conocimiento.
La persona idónea: el oftalmólogo británico Nicholas Harold Lloyd Ridley. El momento: la Segunda Guerra Mundial. El resultado: el diseño y desarrollo de las lentes intraoculares y la primera cirugía moderna de cataratas con implantación de una lente en el ojo.
Nos encontramos en 1940, en plena Batalla de Inglaterra, donde la Luftwaffe alemana trataba de neutralizar a la Real Fuerza Aérea Británica (RAF) como paso previo a una pretendida invasión nazi de las Islas Británicas.
Fue la mayor campaña aérea habida hasta hoy. La superioridad aérea alemana era aplastante y los combates encarnizados.
Allí se encontraba también nuestro protagonista, el cirujano oftalmológicoDr. Harold Ridley, que se había incorporado como voluntario al Servicio Médico de Emergencias, y que en ese momento trataba a los pilotos de la RAF que sufrían lesiones en los ojos.
Este es el comienzo de mi artículo de colaboración en Naukas.com
Si os interesa, podéis leer el artículo completo aquí.