Tanto al clavicordio, como al coro, al cello o al piano pocos artistas simbolizan tanto la perfección como Johann Sebastian Bach. Escuchando obras como las variaciones Goldberg (mis favoritas al piano de Glenn Gould), la excelsa y eterna suite número 3, su sarabanda o sus suites para cello, uno diría que no deberían tocarse… que deberían dejarse tal cual y no andar con experimentos, adaptaciones o remixes extraños.
Sin embargo, de vez en cuando, tampoco viene mal revitalizar el mito. Expresar de otras maneras que la música no es intocable (valga la expresión) o sagrada. Salir un poco de los dogmas y atreverse a innovar y desmitificar.
Mediante un correo electrónico, Myriam Poma me envía esta versión del preludio de la suite para cello número 1 de Bach y creo que no estaría mal compartirla en la Aldea por varias razones. Primero para molestar un poco a los puristas que a menudo olvidan que el propio Bach, en su tiempo, fue un genio de las adaptaciones, variaciones y remezclas. Segundo porque se trata de una gran interpretación del magnífico cello Steven Sharp Nelson, uno de esos nuevos músicos que se ha empeñado en hacer divertida, asequible y diferente la música clásica.
Pero sobre todo porque de vez en cuando me gusta cometer esos pequeños pecados veniales de remover y bajar de los altares y pomposos escenarios de arquitecturas barrocas a los que algunos han destinado la música clásica.
Un video que ofrece una curiosa versión del preludio de Bach para 8 cellos que deriva en variaciones y que por supuesto, no mejora la original, pero sí consigue aportar algo en el duro trabajo de acercar la música clásica a los reticentes oídos de algunos públicos en la actualidad.