Louis Agassiz no estaba de acuerdo con lo que Darwin había escrito en su libro sobre las especies. No, así no eran las cosas… Agassiz tenía la firme convicción de que dios había creado las especies fijas e inmutables y lo que aquel barbudo inglés iba pregonando rozaba la herejía…
La biblia lo decía muy claro, especificaba en qué día y en qué orden se había creado el mundo y las criaturas que en él habitamos, y por supuesto, no se decía nada de monos que evolucionan ni de especies que cambian.
Así pues, el enfrentamiento entre Agassiz y Darwin fue una polémica sonada… El suizo, creacionista y fijista nunca aceptó las tesis evolutivas que proponía el inglés.
Agassiz murió en 1873 y a pesar de sus controversias y enfrentamientos con la evolución, fue un buen naturalista y zoologo que mereció reconocimiento en su época.
Sin embargo, casi 100 años después de su nacimiento, en la mañana del 18 de abril de 1906, la estatua en homenaje de Louis Agassiz en el Departamento de Zoología de la prestigiosa Universidad de Standford de California apareció de esta manera:
Estatua Luis Agassiz (1906) | Fuente | Dominio Público
Aunque alguno pudiera pensar que se trata de alguna gamberrada universitaria perpetrada por algún travieso estudiante, en realidad fue algo más potente e impredecible lo que tumbó a Louis Agassiz de su trono en las alturas.
El gran terremoto de San Francisco en 1906 puso de cabeza al suizo… La tierra tembló airada y arrastró la estatua del zoólogo creacionista dejándolo incrustado y boca abajo.
Estoy seguro de que si hubiera sido al revés, muchos en aquella época hubieran apelado a la justicia divina… Seguramente… Si en lugar de Agassiz, hubiera sido Darwin el que hubiera terminado en esta indecorosa posición, más de uno hubiera soltado una sonrisa cómplice y hubiera sacado a relucir la mano todopoderosa del que está ahí arriba que, soliviantado, habría movido la tierra para castigar a ese humano insolente…
Pero no… curiosamente, el que terminó por los suelos fue Agassiz.
No obstante, fuera Darwin o Agassiz, evolucionista, creacionista o fijista… Los notaistas como yo, nos lo tomamos con más calma y pensamos, tranquilo Louis, le pudo pasar a cualquiera… Unas veces te comes al oso y otras veces, el oso te come a ti…