Recopilando información para mi último artículo El zapato perfecto según Einstein (1952) di con una curiosidad, un tanto “escatológica” (por lo que pido disculpas de antemano a aquellas mentes más sensibles) y que no me he podido resistir a compartirla con vosotros.
Que Albert Einstein era un genio mentalmente coronado nadie lo duda. Pero evidentemente también, y como todos nosotros, tenía sus, defectos, problemas, miedos y pasiones.
Violinista aficionado, mujeriego, pacifista, antirracista… en fin, todo esto ya lo sabemos.
También es cierto que Einstein logró evitar el servicio militar alemán al nacionalizarse suizo.
Y es un hecho real y probado que, posteriormente, el 13 de marzo de 1901, fue examinado por un tribunal médico del ejército suizo para su incorporación al servicio militar del país helvético.
Einstein también se libró, puesto que el reconocimiento médico atestiguó: varices, pies planos… y sudorosos…
… Sí, Albert Einstein realmente tenía los pies sudorosos, y es muy conocido que casi nunca llevaba calcetines, seguramente por este mismo motivo.
Y aquí llega lo más curioso:
Una empresa australiana de cosméticos puso en comercialización hace unos años (y aún hoy puede adquirirse) un producto en spray denominado “Albert Einstein´s No More Smelly Shoes” (“no más zapatos malolientes”).
El producto está destinado, como su nombre indica, “no solo a enmascarar el mal olor, sino a destruirlo en la fuente”, ya que, según dice: “ataca el mal olor en el nivel molecular”…
¡ Toma ya !
El tema, aunque lo parezca, no es baladí, ya que incluso el mismísimo Museo de la Ciencia de Londres ha analizado la razón por la cual el producto se publicita con la cara y el nombre de Einstein, llegando a la siguiente conclusión:
“Bien, Albert Einstein realmente tenía los pies sudorosos (que junto a las varices, le libraron de hacer el servicio nacional suizo) y es muy conocido que nunca llevó calcetines, pero el embalaje no hace ninguna referencia a esto.
Parece que su imagen ha sido usada para reforzar el reclamo de los fabricantes de que el spray está “científicamente probado” para eliminar olores del zapato, mostrando así que Einstein ha llegado a ser la cara de la ciencia para muchos.”
Bueno, es una teoría válida la del Museo de Ciencia londinense. Aunque también es mucha casualidad que se haga justo en un producto contra el mal olor del calzado, conociendo el problema de Einstein.
Y es que la imaginación de los publicistas parece no tener límite…
Ya puestos a inventar nombres para productos con personajes famosos de la historia y sus dolencias se me ocurren varios a bote pronto, como por ejemplo: la “Crema Napoleón” contra las hemorroides, o el limpiador de cera de oídos “Beethoven”…
… seguro que si algún publicista me compra la idea me voy a forrar 😉
Música del Post | Brett Dennen
Fuentes y más información en los enlaces del propio texto
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Artículo realizado por Guillermo