Una de las características que más pueden sorprender cuando se lee el Origen de las especies es la honestidad del autor respecto a las posibles fallas de su propia teoría. He elegido este párrafo inicial del Capítulo 6 de la obra pero todo el texto contiene otros muchos similares en los que se muestra claramente que Charles Darwin era consciente de las lagunas que en su tiempo existían sobre la evolución de las especies.
Así comienza mi artículo “El darwinismo en España: 09 Los conciliadores” en el Cuaderno de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV. Puedes leer el artículo completo en este enlace.