Dicen que la penicilina surgió de las pesadillas que Alexander Fleming tenía ante la visión de cientos y cientos de muertos por infecciones en los hospitales de campaña de la Primera Guerra Mundial… Pues algo parecido le ocurrió al bueno de James Lind que durante su breve periodo marino, y en solo aquellos dos viajes, contempló la muerte por escorbuto de más de 80 marineros del total de 350 que le acompañaron en el Salisbury.
[Vuelvo a colaborar con la Cátedra de Cultura Científica de la Universidad del País Vasco y en esta ocasión os ofrezco un artículo plagado de anécdotas, datos curiosos y personajes geniales. Podéis leer el post completo en: «El viaje de exploración que acabó con el temible escorbuto«]