Nos situamos en el 33 después de Cristo, año arriba, año abajo. Famélico, herido tras un intenso tormento y exhausto tras el sacrificio de haber llevado a cuestas la propia cruz donde le crucificarán, encontramos a Brian. Un buen tipo al que la mala suerte le colocó en el lugar equivocado en el momento menos indicado.
Una especie de españolito de nuestros tiempos que, tras el calvario sufrido durante 7 años por la ineptitud de los anteriores gobernantes, se encuentra clavado en las estacas de los mercados. Tiempos convulsos en los que el Senatus populusque romanum se llama Europa y sus legiones aprietan al más pintado.
Y ahí que está nuestro españolito Brian, a merced de los desfavorables vientos cuando, de repente, y cuando casi todo está perdido, aparece una brizna de esperanza. Desde la colina, blandiendo sus afiladas espadas, se divisa al pelotón liberador…
Por fin algo de suerte, por fin alguien que le salvará del lúgubre destino que le aguarda en la cruz. Un aguerrido grupo de valientes dispuestos a hacerse cargo de la situación y que, con las ideas claras, le sacará del atolladero.
La nueva reforma laboral elaborada por el Partido Popular, que desde ayer sábado ya está publicada en el BOE, convierte al nuevo gobierno en la viva imagen del Frente del Pueblo Judaico, escuadrón de suicidio.
Crear empleo mediante facilitar y abaratar el despido, una brillante idea que generará tanta ilusión como confianza ha creado el cambio de gobierno. Subir los impuestos y a la vez invitar a los dicharacheros empresarios españoles a reducir el sueldo de sus trabajadores. Conseguir el record mundial de lanzamiento de programa electoral en tan solo un mes y medio.
Ayer lanzaba en twitter una invitación: ¿Qué os apostáis a que llegamos a 6 millones de parados en este año?… Nadie me la aceptó… Me acusaron de jugar sobre seguro y la mayoría encaminaba sus cifras a los 7 millones antes del 2013.
Pero no importa, el gobierno seguirá con su brillante plan de recortar ciencia e investigación, reconstruir los derechos sociales a su conveniencia, rebajar sueldos y abaratar el despido… Ellos lo ven claro, lo tienen tan claro que no dudarán en blandir su espada, abrirse el pecho y gritar bien alto: así, así aprenderán estos romanos…
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