Me he quedado con los ojos como platos. Sí, una vez más, la realidad supera a la ficción. La autora de esta patente proponía, a través de su máquina, crear en el interrogado «un calculado estado de ánimo para conseguir, si es culpable, una confesión.«
¿Y cómo pretendía crear en el sospechoso ese “calculado estado de ánimo”?
Según ella fácil: creando efectos e ilusiones “sobrenaturales” que lo impresionaran.
Para ello se coloca al pobre sospechoso en la zona oscura de la izquierda y… ¡comienza el espectáculo!
Primero una serie de difusas y “fantasmales” luces comienzan a iluminar la habitación… (“el propósito es dar la apariencia de una aparición, o de un cuerpo astral”)
Las luces poco a poco van dejando ver el contorno de un esqueleto humano que aparece frente a él (y que estaba detrás de una cortinilla)
Los ojos del esqueleto son rojos y brillantes, y “la luz crea en el esqueleto un velo diáfano, también llamado aura” …
Diversos efectos y sonidos “fantasmales” se pueden oír en la habitación…
El “interrogador sobrenatural” ya está preparado.
Nuestro sospechoso, para entonces, ya debería estar “cagadito” de miedo, si no le ha dado antes un pasmo 🙂
Con el ambiente tan caldeado, el esqueleto comienza a hacer preguntas (a través de un megáfono en su boca manejado por el policía de la otra habitación), y las reacciones y declaraciones del sospechoso son grabadas por una cámara y un micrófono situados en el cráneo del esqueleto.
Y ya está. Nuestro sospechoso, antes de ser recogido por una ambulancia, ha confesado todo, incluso que él fue el toro que mató a Manolete 20 años antes de que éste muriera.
Gracias al genial aparato.
Fuentes y más información: Podéis encontrar más información en freepatentsonline.com(PDF)