Trinchera británica durante la Batalla del Somme (Julio, 1916)
Hace más de tres años, en uno de mis primeros artículos en La Aldea, Vida (y muerte) en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, trataba de explicar la constante prueba de resistencia humana, no solo física sino también moral, durante las veinticuatro horas del día, que supuso para aquellos soldados combatir en las trincheras.
Constantes bombardeos, disparos de francotiradores, gases tóxicos y corrosivos, enfermedades como la pulmonía, tuberculosis o disentería, y otras contagiosas propagadas por piojos, pulgas, ladillas y ratas, el “pie de trinchera” (el primer paso para la posterior gangrena), desórdenes mentales…
Vivían cara a cara con la muerte y, como decía en aquel artículo, la mayoría de las personas de hoy en día no habríamos sobrevivido un solo día en las trincheras, por no hablar de años, como estos jóvenes, que al final debían aceptarlo como algo cotidiano.
Hoy traigo este magnífico y breve vídeo en color (6:23 m), con imágenes originales tomadas en aquellos campos de batalla, que nos puede ayudar a comprender el auténtico infierno que sufrieron aquellos jóvenes: el infierno en las trincheras.