Estimado señor Javier Moreno Barber:
De un tiempo a esta parte, somos muchos los que nos estamos preguntando hacia qué derroteros está encaminando uno de los periódicos con más solera y vigencia de España.
Es cierto que el grupo al que su periódico pertenece, el grupo Prisa, ya nos tiene acostumbrados a sus altibajos en la calidad de sus contenidos, alternando espacios rigurosos e interesantes con pantomimas pseudocientíficas como tercer milenio en la Ser o su émulo cuarto milenio en la Cuatro…
Sin embargo, se trata de radio y televisión donde, al fin y al cabo, el «entretenimiento y la diversión» o incluso la ficción pura y dura, podrían tener su lugar, aunque personalmente no lo creo… pero, en un periódico, no.
Lo siento, pero en un periódico, y más si se trata de El País, lo que un lector busca es la rigurosidad, la noticia constrastada, la credibilidad, la fiabilidad.
Un periódico es otra cosa… No es la tele, ni la radio… Un periódico no debería admitir ciertas cosas.
Comenzó hace un tiempo uniendo como coleccionable las abducciones y misterios esotéricos de Iker Jimenez en DVD, dejando claro que la falta de rigurosidad también podía tener cabida en su periódico.
Poco le importaron las críticas… Es más, por lo que se ve, sirvieron de acicate para aumentar los contenidos pseudocientíficos en un periódico en el que la Ciencia parece tener cada vez menos espacio.
En apenas unas semanas, sus lectores hemos visto asombrados como han pasado por sus páginas, artículos dedicados a casi cualquier pseudociencia que uno se pueda imaginar…
A finales de febrero, Jesus Ruiz Mantilla, firmaba un artículo en el que, sin rubor ninguno por su parte, alababa las cualidades proféticas de una pseudociencia ya descartada hace decenios como es la grafología.
Hace unas semanas, Josep Garriga escribía un artículo dedicado a la homeopatía, tan lleno de contradicciones y puertas abiertas que, tras recibir cientos de palos en internet, tuvieron que enmendar el estropicio redactando otro artículo de rectificación.
Una rectificación, por cierto, que incluía el siguiente titular:
En periodismo médico no cabe equidistancia entre la evidencia científica y las teorías no demostradas. Los productos homeopáticos se aprueban sin estudios de eficacia
Un titular que, a día de hoy, no creo que se estén tomando en serio realmente.
Es más, creo que el artículo que este domingo ha publicado Juan José Millas roza ya la tomadura de pelo. Bajo el título «El rostro del poder» el galardonado Millas sonroja a cualquiera que tenga dos dedos de frente, haciendo uso de la morfopsicología para analizar la personalidad de algunos personajes históricos… La morfopsicología!!… Una pseudociencia basada en adivinar el carácter de alguien por los rasgos de su cara!… Bochornoso.
Todo esto en tan sólo una semanas… homeopatía, grafología, morfopsicología…
En estos momentos, cualquiera puede decir y afirmar que esto se está convirtiendo claramente en una linea editorial… ¿Es este el camino que han decidido seguir?
Le recuerdo, una vez más, señor Moreno, las razones por las cuáles sus lectores compramos (o comprábamos) su periódico, el insigne El País:
- Rigurosidad
- Veracidad
- Noticias contrastadas
- Fiabilidad
- Credibilidad
Ninguna de esas cinco características están siendo cumplidas en sus nuevas publicaciones… Si va a seguir dedicando más tiempo a estas pseudociencias, para mí, su periódico ha perdido rigurosidad, no es veraz ni ofrece noticias contrastadas y por tanto ni me fio, ni le creo…
Si aún así continua en esa linea de esoterismo y magufería que ha tomado con su periódico, le recomiendo que para próximos artículos analice el carácter de sus lectores utilizando técnicas tan prestigiosas como la frenología o la lectura de manos… Por lo que leo últimamente, seguro que puede encontrar muy buenos quiromantes entre sus articulistas.
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