El reto de Lord Byron y el nacimiento de Frankenstein

Por Irreductible, el 20 diciembre, 2008. Categoría(s): curiosidades de la historia • libros

SEMANA DE PUERTAS ABIERTAS EN LA ALDEA IRREDUCTIBLE

Este Artículo pertenece al BLOG DE JAVIER DIAZ CARBALLEIRA

Página personal de Javier Díaz Carballeira: En ella (si es una página) o en él (si es un blog), encontraréis artículos de temática variada cuyo único nexo en común será el de formar parte de mis aficiones e inquietudes. Los principales temas que trataré serán los siguientes: Baloncesto, Literatura, Música, Ciencia, Informática y algunas cosas más que ya irán surgiendo.

EL RETO DE LORD BYRON Y EL NACIMIENTO DE FRANKENSTEIN.

Corría el año 1816, según cuentan las crónicas el invierno fue de tal magnitud que devastó las cosechas de casi todo el hemisferio norte, algo extraño ocurría con el clima por culpa de la «simple» erupción de un volcán el año anterior, el Tambora, en Indonesia. Sin duda que tuvo que ser un año singular, lo denomiraron el año sin verano y, por si fuera poco, la historia de Frankenstein se fraguó en la mente de Mary W. Shelley en una noche muy especial, aunque, como veremos, no fue el único monstruo en cobrar forma.

El matrimonio Shelley, Percy Shelley y su mujer, Mary Wollstonecraft Shelley (no me extraña que sus editores abreviaran con una W. aunque espero que no me pase a mi con el Carballeira) , hicieron una visita al renombrado Lord Byron en su casa de Suiza, Villa Diodati.

Además de la amistad, los unía el gusto por la literatura y las historias, afición que por otra parte compartía el médico personal de Lord Byron, John William Polidori, que nunca llegó a trabar una amistad profunda con Byron debido a los aires de superioridad con los que el poeta lo trataba.

Era el 16 ó 17 de junio de 1816, en pleno verano y en una tormentosa noche, cuando, reunidos los cuatro junto con algún que otro invitado, tras la lectura de una antología alemana de relatos de fantasmas (Phantasmagoriana) propiedad de Polidori, el extravagante Lord Byron propuso a los presentes que cada uno escribiese un relato de terror. El ambiente era propicio y la atmósfera creada en la sala lo sugería, así como los sombríos truenos y los brillantes relámpagos que iluminaban la estancia intermitentemente.

Aquella noche, Mary durmió bastante mal y tardó bastante en conciliar el sueño, frustada porque no conseguía esbozar su historia en su mente se agolpaban las conversaciones que habían tenido durante la tertulia. Estas conversaciones trataron acerca de los experimentos -tan comentados por la época- con los que que Luigi Galvani había conseguido dar «vida» a una rana muerta e inerte introduciendo electricidad en su médula espinal ¿sería acaso la vida una manifestación de la misteriosa electricidad? Cuando por fin pudo dormir, Mary tuvo una pesadilla horrible que la asaltó irremisiblemente, fue el momento en el que nació en su mente la idea terroríca que buscaba: nació Frankenstein.

Todos intentaron escribir sus historias de terror, pero únicamente dos personas las llevaron a término -si bien las pulieron y publicaron más tarde-, Polidori con su conocido «El vampiro» y Mary W. Shelley con el magnífico «Frankenstein».

Leí Frankenstein hace muchos años y me sorprendió sobremanera, el monstruo no es tal y como lo imaginamos, adulterado ya por el cine y el paso de los años, es un ser vivo inteligente, acorralado y con pensamientos propios. Aún recordándola difusamente, quizá me equivoque pero me pareció una novela sombría que planteaba el problema moral de los derechos de todo ser vivo, a pesar de ser, como éste, un monstruo a ojos de los hombres.

Quién sabe cuándo volverá a haber una noche como aquella del frío verano de 1816, el mundo de lo desconocido jamás estuvo más cerca…

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Este Artículo pertenece al Blog de Javier Diaz Carballeira.
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Por Irreductible, publicado el 20 diciembre, 2008
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