Conseguir que un Blog te quede como a tí te gusta es bastante complicado. Requiere dedicarle tiempo, esfuerzo y a veces, incluso dinero. Sin embargo, tambien tengo que reconocer que cuando vas consiguiendo que tu sitio tenga el aspecto y el contenido que a tí te gusta, el sentimiento de satisfacción también compensa.
Llegados a este punto, debo confesar que cada vez estoy más contento de cómo está resultando la Aldea.
Poco a poco se va llenando de contenidos, de cosas que me interesan… Historia, Ciencia, Arte, Música… unas veces las ideas no funcionan y otras siguen adelante. Después de este tiempo, cada uno va componiendo su blog con las cosas que le gustan, va diseñando sus contenidos y lentamente va consiguiendo el sitio y el blog que quería y con el que disfruta.
Así, en la Aldea he podido compartir con vosotros, músicas, documentales, diseños, libros… Además de las Secciones originales cómo Documentalia, Aldea Digital o Músicas por Descubrir, han ido surgiendo nuevas secciones como Creativos con los que descubrir nuevos artistas, Naturaleza Asombrosa, Textos para el Domingo para compartir libros, el Podcast o la genial Aventura de la Historia de Guillermo…
A veces unas ideas funcionan y continuan, otras veces las secciones no llegan a lo que yo quiero y se paran o desaparecen… Así es la vida, de los errores se aprende…
En todo este proceso de «inventar» un blog, notaba que en la Aldea faltaba algo que me encanta, algo por lo que merece la pena hacer un blog e incluso abandonarlo… Viajar.
Asi que hoy inauguro una nueva etiqueta, una nueva sección dedicada a Descubrir lugares insólitos, curiosos, bellos, sorprendentes… un apartado en la Aldea dedicado a sitios en la Tierra que merecen ser visitados, conservados o por lo menos piden un pequeño post.
La sección la he llamado simplemente: Lugares en el Mundo y comienza con esta entrada.
LUGARES EN EL MUNDO
EL CASTILLO ABANDONADO DE LA ISLA DE BANNERMAN
Normalmente, a todo el mundo le gustan las cosas nuevas… relucientes… cosas a estrenar. Sin embargo, hay ocasiones, muy pocas ocasiones, pero valen la pena, en las que algo gana su belleza cuando es destruido.
Cuando eso ocurre, la poesía y la belleza que encierra esa destrucción casi, casi, casi puede equipararse a la poesía y belleza que hay cuando se crea algo. No es una entrada filosófica en la que hablar del renacer tras la caida… No… simplemente es que, de vez en cuando, el mundo nos ofrece la belleza de una manera que no esperamos.
Por ejemplo, el Castillo de la Isla de Bannerman.
Esta Isla tiene muchos nombres… Isla de Pollepel, Isla de Bannerman… sin embargo, es tan sólo un pequeño trozo de tierra en medio del Rio Hudson, que estuvo desierto y tranquilo durante millones de años… tal y como lo está ahora.
Cuando la guerra llegó, algun general se fijó en aquella isla y habló de su buena situación estratégica y de su importancia en la batalla… siempre dicen lo mismo. En 1900 un fabricante de armas escocés, Francis Bannerman VI, la compró y construyó en ella un castillo con la idea de utilizar la isla como almacen militar y arsenal, escribiendo bien grande en el muro occidental del castillo: «Bannerman’s Island Arsenal»
Sin embargo, Bannerman murió en 1918 y las obras pararon. Unos años más tarde doscientas libras de dinamita explotaron y dejaron el castillo bastante dañado, asi que sus habitantes lo abandonaron y se marcharon con las armas a otra parte.
En la actualidad, el Castillo de la Isla de Bannerman está bajo la tutela de la Oficina de Nueva York de Preservación Histórica y no tiene ningún fin especial aparte de confundirse, mezclarse, detener el tiempo y ser parte de la Naturaleza.
Fuentes y Más Información: 1, 2, 3, 4, 5, 6
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