El bolero de Ravel y los derechos de autor

Por Irreductible, el 8 agosto, 2008. Categoría(s): curiosidades de la historia • musica clasica

Esta mañana me llega a mi lector de Feeds, via Blog de Cine, un corto dirigido por Patrice Leconte y protagonizado por el genial Jacques Villeret (de la Cena de los idiotas) titulado: El tamborilero del Bolero…
Una delicia que he disfrutado durante los ocho minutos que dura el Bolero y que sólamente muestra la monótona intervención de Villeret a la percusión.

Un corto que aparentemente dice poco, pero que encierra muchas metáforas en lo que dura la pieza y que me ha encantado.

Asi que aprovecho este corto francés para recapitular y recordar algunas anécdotas y datos curiosos sobre el archiconocido Bolero de Ravel, que quizá algunos lectores de la Aldea desconozcan…

En primer lugar y retomando el corto del Tamborilero del Bolero, hay que decir que ocurre algo curioso con esta pieza… Tras acabar un concierto de violín, el director felicita al primer violín… Tras acabar un concierto para piano y orquesta, el director felicita al pianista… Sin embargo, cuando la música del Bolero termina y comienzan los aplausos del público… El director se acerca al percusionista y lo felicita…

La labor del percusionista es en esta pieza es fundamental. El Bolero se desarrolla con un ritmo y un tempo invariables… Toda la orquesta construye la melodía (también repetitiva) alrededor del compas marcado por el percusionista que durante toda la pieza, siempre realiza la misma tarea.

Su trabajo es organizar las melodías que las cuerdas o los metales van construyendo… No puede adelantarse, no puede atrasarse, es siempre la misma repetición durante los ocho minutos que dura el Bolero y de su repetitivo ritmo depende la obra entera…

Un ostinato repetido 169 veces, sin alteraciones ni equivocaciones… Un trabajo de relojero que al finalizar la obra, merece la felicitación por parte del Director.

El Bolero, sin embargo, no fue para Ravel más que un divertimento… El siempre lo consideró como una simple orquestación a modo de experimento. Por ello fue el primer sorprendido por su increible éxito, tras su estreno en Paris en 1928.

Una pieza tremendamente popular que hasta hace bien poco era la Primera clasificada en el Ranking Mundial de Derechos de Autor en Francia… En España tenemos también tenemos nuestro ejemplo particular con el Concierto de Aranjuez del Maestro Joaquin Rodrigo.

Pero en el caso del Bolero el tema de los derechos de autor han llegado casi al absurdo.

Un manuscrito a bolígrafo de Maurice Ravel es el desencadenante de una sucesión de copyrights que llega al surrealismo y que el Estado Francés ha decidido finalizar con la adquisición por 1,8 Millones de Francos… Actualmente la Biblioteca Nacional de Francia es la depositaria.

Maurice Ravel murió en 1937 sin haber tenido hijos, por lo que los derechos del Bolero pasaron a manos de su hermano Eduard Ravel que, sin embargo, no los pudo disfrutar con mucha salud puesto que en 1954 tuvo un accidente de coche, junto con su esposa, y quedó bastante malparado…

Por este accidente, se hizo necesaria la contratación de una enfermera, Jeanne Tavernne, que llegó acompañada de su marido, Alexandre Tavernne, un barbero que se dispuso a hacer funciones de chofer para la familia Ravel.

Eduard se fue recuperando y los ingresos por las composiciones de su hermano le estaban generando millones, asi que, en un arrebato de patriotismo declaró que tras su muerte donaría el 80% de los derechos de autor a la Ciudad de Paris… que bonito 🙂

Pero una cosa es lo que se dice… y otra lo que se hace… Porque en el último momento y para sorpresa de los parisinos, Eduard Ravel cambia el testamento y se lo deja todo a… Su enfermera!!

Evidentemente, esta decisión cayó como un jarro de agua fría al resto de la familia Ravel que enseguida contrató abogados para interponer un juicio y conseguir esos milloncejos de francos musicales…

Mucho dinero en juego… y la justicia, como siempre, muy lenta… Más de diez años de juicios, lo que hizo que la propia enfermera Jeanne Tavernne muriera sin poder haber echado mano a los beneficios que, por supuesto, seguía generando la música de Ravel, pero que estaban inmovilizados por un tal Jean Jacques Lemoine, el director de la Sociedad de Autores Francesa hasta que terminara el juicio…

Tras años de pruebas, deliberaciones y apelaciones, el tribunal dicta sentencia y deja como único heredero de una cantidad bastante importante de millones a… Alexandre Tavernne!!!, el barbero reconvertido a Chofer, el marido de la enfermera que había cuidado al hermano del compositor Maurice Ravel… Todo un culebrón…

Para finalizar esta telenovela hay que decir que al poco tiempo, Jean Jacques Lemoine desapareció «misteriosamente» de la SACEM y montó una nueva empresa, cuyo primer cliente fue… tachán!!… Alexander Tavernne y la millonada que había ganado en el juicio… jejeje… Fíate tú de las Sociedades de Autores… jejeje