LA AVENTURA DE LA HISTORIA – La sección de Guillermo en la Aldea

Por Guillermo, el 25 mayo, 2008. Categoría(s): curiosidades de la historia • guillermo • historia • personajes • viajes

LA AVENTURA DE LA HISTORIA

INAUGURACIÓN DE LA SECCIÓN

No sería justo que inaugure esta sección sin dedicar mi primer post dentro de ella a expresar mi agradecimiento a todos los que la habéis hecho posible.

Se que esta entrada es algo personal, pero estoy seguro que tanto Javi como vosotros comprenderéis su sentido cuando la hayáis leído.

En primer lugar mi agradecimiento a “las cuatro J”:

Juan Antonio Cebrián, verdadero impulsor con sus pasajes y libros de mi afición a la Historia, y a quien tanto debo……
(Ya habréis observado que el nombre de esta sección es en recuerdo de sus libros “La aventura de los Godos”, “la aventura de los Romanos en Hispania” y “La aventura de los conquistadores”)
Permíteme hoy, amigo Juan Antonio, que copie una de tus repetidas frases, que es perfecta para la ocasión….y es que hoy….estoy feliz como una lombriz.
Gracias por todo amigo.

Javi Peláez. Bueno, que os voy a decir yo sobre él que ya no sepáis. Blogger irreductible, trabajador incansable y mente privilegiada, ejemplo del buen saber y mejor hacer que, todos, todos los días, nos guía y acompaña por esta gran Aldea repleta de asombrosos e interesantísimos contenidos.

Fueron precisamente tus magníficos video pasajes de la Historia los que me hicieron llegar a tu blog, y desde entonces figura en mi carpeta de favoritos en un lugar privilegiado.
Más tarde me diste la oportunidad de expresar mi pasión por la Historia, primero publicando mis propios video-pasajes. Después vinieron los Personajes Irreductibles.
Javi, eres un gran amigo y persona, gracias por confiar en mí, por ayudarme, por animarme y por ofrecerme esta sección, con carta blanca de contenidos de Historia, que espero sea digna de esta gran Aldea.

(Ya sabes Javi que con razón podría escribir post y más post sobre ti y sobre la Aldea……pero podrían acusarme de peloteo descarado jajajaja) Un abrazo Javi y muchas gracias…….ya lo sabes.

José Senovilla. Senovilla (de Pensamientos JFS) es alguien a quien muchos de vosotros ya conocéis. Otro gran blogger, amigo y persona al que conocí desde la Aldea.
Rosaventero de pro, de gran nobleza y amigo de sus amigos.
Sabes que también me has animado y ayudado mucho con tus comentarios.
Muchas gracias y….. ¡Fuerza y Honor!.

Javier Sanz, de Historias de la Historia. También le conocí por el primer Leónidas que le otorgó la Aldea. Javier es otro gran amigo y persona que me dio la oportunidad de colaborar en su excelente página……y lo seguiré haciendo.
Javier, para mí es todo un honor y un placer no solo escribir sobre Historia en tu blog, sino también haberte conocido.
Gracias por todo…..por todo.

Y por último, y no por ello menos importantes, gracias a todos vosotros: asiduos, paseantes, visitantes y lectores de la Aldea Irreductible, que con vuestros comentarios, votos, “meneos” y valoraciones sobre mis post de Historia y video-pasajes habéis conseguido que me animara y me esforzara más cada día para tratar de agradaros, sorprenderos o, simplemente entreteneros con cada artículo siguiente…..y de paso aprender que la Historia no tiene por qué ser aburrida, y que muchas veces, además de seria y rigurosa, puede ser divertida.
Ya lo decía Chesterton: lo divertido es lo contrario de aburrido, no de serio.
Gracias a todos.

Y aunque “la Aventura de la Historia” siempre estará pensada para vosotros, hoy especialmente os quiero dedicar a TODOS el siguiente post, que será el primero de esta sección, que continúa con los personajes irreductibles además de otros muchos contenidos de Historia.

Para unos amigos y visitantes de altura, un post de “altura”. Esta vez subiremos a la cima más alta del mundo, el Everest, y viviremos una apasionante, curiosa y poco conocida “aventura de la Historia”…..allá por 1924….

Espero que os guste porque………va por vosotros

Guillermo.

GEORGE MALLORY Y ANDREW IRVINE: ¿LOS PRIMEROS DEL EVEREST?

Oficialmente se reconoce que el primer escalador en llegar a la cima del Everest, situada a 8.848 metros, fue el neozelandés Edmund Hillary, acompañado del sherpa nepalí Tenzing Norgay, el 29 de mayo de 1953.

Tras anteriores intentos sin éxito, este intrépido explorador y aventurero participó en una gran expedición compuesta por 11 escaladores británicos y 800 sherpas, consiguiendo llegar a la cima e inscribir de esta manera su nombre con letras de oro en los libros de historia.

La épica aventura de su ascensión a la montaña más alta del mundo, usando oxígeno embotellado y bajo condiciones climatológicas extremas es una apasionante historia que bien se merece, más adelante, un post exclusivo dentro de esta galería de personajes.

Pero el de hoy lo voy a dedicar a uno de los mayores enigmas del alpinismo y, por ende, de la Historia: dilucidar quienes fueron realmente los primeros escaladores en llegar a la cima del Everest.

El misterio radica en la expedición que en 1924 realizaron los británicos George Mallory y Andrew Irvine, desaparecidos en la nieve mientras intentaban coronar la cumbre más alta del Himalaya.

La leyenda y el misterio del éxito o no de esta expedición se avivó cuando en mayo de 1999, 75 años después, fue encontrado el cuerpo de Mallory a tan solo 521 metros de la cima. Todavía hoy no se sabe si los dos escaladores consiguieron llegar hasta la cumbre más alta del mundo y murieron en el descenso (si fuera así habría que reescribir la Historia) o si su muerte se produjo antes de llegar a la cima. Los investigadores barajan teorías bastante convincentes en ambos sentidos, como veremos más adelante.

George Mallory (1886-1924) había participado previamente en las dos primeras expediciones que se proponían escalar el Everest (1921 y 1922). Era un veterano alpinista, en 1922 batió el récord de altitud hasta la fecha, superando los 8.000 metros sin oxígeno y salvando, además, la vida de uno de sus compañeros. En 1924 contaba ya con 38 años y sabía que iba a ser el único que participaría en la tres expediciones. Era, según el término acuñado por la prensa británica, un “everester”, un auténtico aventurero y caballero victoriano que marcó un hito en la historia de la exploración del Himalaya.

Andrew Irvine (1902-1924) era un audaz joven de 22 años que se había comportado de forma admirable en dos expediciones al Polo. Sin embargo, no tenía gran experiencia en la montaña.

Junto a ellos, y entre otros escaladores: Bruce, Norton, Somerwell y Odell.

Todos iban a emprender una expedición que era considerada de prioridad nacional para el gobierno británico, intentarían ascender por la cara norte, pertrechados con un equipo básico y poco fiable, como eran los de entonces.

En junio de 1924 partieron hacia la cumbre.

Tras caer enfermo Charles Bruce, se hicieron dos grupos, Norton y Somerwell intentarían subir por la arista norte, por el Gran Corredor, que desde entonces se conoce como el Corredor Norton, llegando hasta 8.570 metros, debiendo abandonar por falta de oxígeno.

Mallory e Irvine, con gran esfuerzo, consiguieron instalar el último campamento, el C6, más alto que nunca.
Fue a 8.160 metros en las proximidades de la arista nordeste. Al día siguiente partirían para coronar la cumbre. Sería el 8 de junio de 1924.

Nada más se supo de ellos.

Noel Odell, salió dos veces en su busca en dos días sucesivos. Por dos veces, una sin oxígeno, subió hasta el C6 esperando encontrarles y no fue así.

Él estaba convencido de haberles visto, a través de su telescopio, llegar al Segundo Escalón, aunque cuatro horas más tarde de lo previsto.

Así lo escribió años más tarde en su libro “Lucha contra el Everest”: “…no hay pruebas directas, pero teniendo en cuenta todas las circunstancias que he expuesto y su posición cuando les vi por última vez, yo creo que hay una fuerte probabilidad de que Mallory e Irvine lo lograran.”

Expediciones posteriores hasta el Segundo Escalón en 1933, 1960, 1975 y 1985 contaron lo inexpugnable que les pareció: 45 metros coronados por un muro desplomado de 7 metros, de una dificultad máxima, y más aún con el equipo de oxígeno que llevaban Mallory e Irvine.

El misterio ha continuado vivo durante todo este tiempo. El 1 de abril de 1999 partió una expedición para tratar de encontrar los cuerpos de los malogrados alpinistas, aprovechando el bajo índice de nevadas de ese año. Su objetivo era dar una respuesta a la pregunta planteada desde hace 75 años: ¿Llegaron Mallory e Irvine a la cima del Everest en 1924?.

A principios de mayo la expedición encontró por fin el cuerpo de Mallory.

Estaba en buen estado de conservación, boca abajo, a unos 521 metros de la cumbre.

Tenía la tibia y el fémur de la pierna izquierda rotos y junto a su cadáver, distintos objetos personales.

Pero no encontraron la cámara de fotos que portaba. Técnicos de Kodak habían asegurado que debido al tipo de película que se usaba en aquellos años, y a la conservación a bajas temperaturas, aún sería posible revelar las fotos que supuestamente se hubieran hecho en la cumbre. Sin embargo dicha búsqueda fue infructuosa. Posteriores expediciones en 2001, 2004 y 2005 trataron de buscar tanto la cámara como el cuerpo de Irvine, pero tampoco lo consiguieron.

Se barajan dos argumentos para sostener la tesis de que fueron los primeros en encumbrar el Everest:

– Una hija de Mallory aseguró que sus padres acordaron que él llevaría una foto de su mujer para dejarla en la cumbre de la montaña. Como la foto no fue encontrada en su cuerpo, se cree que quizás cumplió su promesa y la depositó en la cima, por lo que falleció en el descenso.

– Mallory no llevaba puestas sus gafas de sol, estaban en su mochila. Otro de sus compañeros, Norton, había padecido ceguera de las nieves en su anterior intento, así que tanto Mallory como Irvine ascendían con gafas de sol. Si no las llevaba puestas al morir, es posible que se debiera a que ya era de noche. Si Mallory estuviera a 500 metros de la cima al anochecer, probablemente habría dejado la ascensión hasta el día siguiente. Por tanto, la muerte pudo ocurrir al descender, ya de noche.

Sin embargo, escaladores expertos sostienen la imposibilidad de que Mallory e Irvine llegaran hasta el Segundo Escalón porque era demasiado difícil que lograran el ascenso con un equipo de oxígeno de 15 kilos a la espalda. También porque no llevaban equipo, botas, cuerdas adecuadas ni una escalera que se utiliza hoy por los escaladores, y porque el Segundo Escalón (8.600 metros) es el paso de dificultad técnica más alta del mundo, de hecho, no fue superado hasta 1960 por una expedición china, y escalado en libre hasta la propia expedición de 1999. Los escaladores chinos, para superarlo, tuvieron que ponerse encima de los hombros de otros, sin botas, lo que llevó a algunos a la pérdida de varios dedos de los pies debido a la congelación.

Así pues, la incógnita se mantiene. Resolverlo a medias no es suficiente. Sólo si hubiera fotos del lugar más alto de la Tierra en la Cámara Kodak de estos antiguos pioneros, existirían pruebas fehacientes de lo que realmente ocurrió.

Pero lo que sí es cierto es que la ascensión de Mallory e Irvine fue un gran logro y una memorable hazaña propia de unos auténticos héroes del montañismo que, con su esfuerzo, constancia y abnegación trataron de encumbrar el punto más alto de nuestro planeta, una de las maravillas de la naturaleza reservada solo para unos pocos privilegiados.

Y es que, como solía decir nuestro querido Juan Antonio Cebrián, los grandes momentos de la Historia no solo están reservados para aquellos que lograron las más grandes hazañas, sino también para los que lo intentaron.

A continuación os dejo con un magnífico video (4:00 minutos), que rinde homenaje a estos dos grandes escaladores, con algunas imágenes reales de la expedición y donde se puede observar el básico equipo con el que contaban.

Otro (30 segundos) con una impresionante panorámica desde la cima de la montaña más alta de la tierra.

Y otro de Discovery Channel (2:00 minutos) sobre la gradual falta de oxígeno en el ascenso y los efectos que produce en los escaladores del Everest.