Continuamos la iniciativa de Ciencia y Vacaciones en la que estoy posteando esos «momentos científicos» que los lectores de la Aldea Irreductible me estáis mandando en este mes de agosto, y hoy volvemos a las islas afortunadas para conocer un poco más una de las tierras más fabulosas que existen en Canarias: Lanzarote.
Las preciosas fotos que ilustran este artículo nos la envía Jorge Pérez, que nos cuenta en su email que visitar Lanzarote es tener la impresionante sensación de estar flotando, literalmente, encima del mar.
Parque Natural Timanfaya | Crédito imagen Jorge Pérez
A tu alrededor, el resultado de la actividad volcánica en el Parque Natural del Timanfaya, en Lanzarote, con las rocas, sus pliegues y virajes, los cuales a veces te hacen perder la sensación de lógica. Más de 25 volcanes que están ahí, a tu vista, y en donde todavía existen puntos de calor en superficie que llegan a los 120º y en profundidad, a 600º (a 13 metros de profundidad) ya que, hoy en día, aún presentan actividad volcánica.
Parque Natural Timanfaya | Crédito imagen Jorge Pérez
Me impresionó el relato del párroco Lorenzo Curbelo, que vivió las últimas erupciones en 1730 cuya lava, durante 6 años, cubrió un cuarto de la isla.
«El día 1 de septiembre, de 1730, entre las nueve y las diez de la noche, la tierra se abrió en Timanfaya, a dos leguas de Yaiza… y una enorme montaña se levantó del seno de la tierra».
Parque Natural Timanfaya | Crédito imagen Jorge Pérez
Para muestra, un botón, demostración de cómo se produce un géiser segundos después de arrojar agua por un conducto hacia el interior de la tierra o cómo arde una hierba seca introduciéndola no más de 1 metro y medio.
Parque Natural Timanfaya | Crédito imagen Jorge Pérez
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Este post participa en la iniciativa: «Momentos de ciencia en vacaciones«.
Aquí puedes ver en qué consiste esta idea por si te animas a participar.