Leí ayer, via Menéame, el artículo de una periodista y poeta, interesante mezcla, llamada Cristina Castello en el que ponía en tela de juicio el Premio Nobel de la Paz, haciendo un somero repaso a los últimos galardonados.
Es un artículo interesante, algo indeterminado, es cierto, pero me sirvió de punto de partida para algunas reflexiones sobre los Premios más famosos del planeta.
Sobre todo, a la hora de valorar el Premio Nobel de la Paz… mmmm… Los demás premios, Literatura, Química, Física, Medicina, son otorgados a personas que han dedicado su carrera, sus estudios y su vida a esas materias. Sin embargo, el Premio Nobel de la Paz…
Yasser Arafat, Jimmi Carter, Henri Kissinger… una serie de nombres bastante polémicos para un galardón de este tamaño.
Seguramente no sea un problema del Premio en sí, sino que actualmente, no hay muchas personas que estén dedicando su «carrera, sus estudios y su vida» a una lucha realmente efectiva en favor de la paz.
Lo que me lleva a recordar al Premio Nobel más polémico de la Historia: Fritz Haber.
Fritz Haber fue un químico aleman ganador del Premio Nobel de Química en 1918. No obstante, sus actuaciones militares en la Primera Guerra Mundial fueron tan polémicas, que no pudo recibir el Galardón hasta 1920, y aún así, dos de los Premiados en esa ceremonia se negaron a recoger sus premios por la presencia del aleman.
Entre 1915 y 1917, Haber fue el Jefe del Departamento de Guerra Química de Alemania. Fue responsable del desarrollo de las primeras armas de destrucción masiva que se conocen, varios gases venenosos, entre ellos el gas mostaza, que se emplearon en el campo de batalla. En dicha guerra, Fritz propuso al estado utilizar gas cloro contra el enemigo. Los militares le ofrecieron una compañía de infantería y 5.000 botellas metalicas rellenas del gas.
La estrategia de Haber se saldó con 15.000 víctimas en el campo de los aliados y el suicidio de su esposa, la cual se oponía a la acción.
Aún así sus descubrimientos en el campo de la sintetización del amoniaco supusieron un hito en la industria química que tuvieron como resultados fertilizantes, insecticidas… pero también explosivos y gases utilizados en aquella guerra y en muchas otras posteriores… demasiadas.
Sin embargo, la vida de Fritz Haber dió un vuelco con la llegada al poder de los nazis a Alemania.
Haber era de origen judío y tuvo que huir a Estados Unidos al igual que muchos otros científicos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. En 1933, el héroe de la Gran Guerra tuvo que dejar su pais, perseguido por sus propios compatriotas.
La paradoja más cruel se daría durante los siguientes años. Desde 1939 hasta 1945, los alemanes comenzaron la denominada «Solución Final» con el resultado que todos conocemos: El exterminio masivo de judios en campos de concentración.
La mayoría de los familiares de Fritz Haber que no pudieron huir, fueron recluidos en estos campos y muchos de ellos fueron asesinados con el mismo gas que Haber había inventado: El temido Zyklon B.