Nos habíamos acostumbrado a verla como la gran esperanza en la investigación oncológica. Se trata de la rata topo desnuda, también conocida como ratopín rasurado, o por su denominación científica Heterocephalus glaber, un extravagante mamífero africano cuyo metabolismo parecía impermeable a cualquier tipo de cáncer y que, en los últimos años, había protagonizado multitud de titulares, algunos tan arriesgados que incluso lo proclamaban como «el único animal inmune al cáncer».
Así comienza mi artículo en la sección de ciencia de El Español titulado «¿Adiós al sueño anticáncer del ratopín rasurado?«. Puedes leer el artículo completo en este enlace.