Terry Lovejoy lleva observando el cielo desde que era un niño y lo más fascinante de esta historia es que nos remonta más de un siglo en el tiempo cuando su abuela, en 1910, contempló el magnífico paso del célebre cometa Halley y cuando apenas tenía cinco años le contaba historias sobre el cielo y las estrellas. Su padre también asistió a otro gran cometa en 1965 y mientras Terry creció, le animaba a mirar por el telescopio casero que la familia tenía en Brisbane.
Con tan solo doce años ya era capaz de distinguir una gran cantidad de estrellas y constelaciones y en 1978 su pasión se desbordó cuando conoció la noticia de que un aficionado como él, David Seargent, había descubierto un cometa con una gran cola. Desde aquel día, y con apenas doce años tomó la determinación de que algún día él descubriría también un gran cometa…
Sigue leyendo en: «Terry Lovejoy, el hombre que lleva los cometas en los genes» [Astronomía para terrícolas, Yahoo!] (11 diciembre2013)