¿Alguien cree que la NASA está acabada?

Por Irreductible, el 6 octubre, 2011. Categoría(s): Desde la cubierta del Beagle

Seguro que recuerdan a Bruce Willis en la Jungla de Cristal en el papel de aquel teniente McClane, embadurnado de barro y grasa hasta las cejas, atrapado entre las tuberías del rascacielos, huyendo de aquí para allá, y aun así, sin zapatos y con los pies hechos papilla, iba cargándose malvados uno a uno mientras se decía a sí mismo “te siguen subestimando, John”.

Suele ocurrir a veces: cuando nadie da un duro ya por ti, esa etapa en la que todos creen que estás acabado y lo único que parece quedarte es abandonarte al olvido en algún sitio tranquilo para no molestar… y de repente, de la nada, surge el genio y llega la obra maestra.

Le pasó a Marlon Brando a principios de la década de los 70. Pocos querían ya contratarlo: su carácter se había agriado, sus excentricidades volvían loco a los escasos directores que se atrevían a contar con él, había engordado demasiados kilos echando por tierra su imagen de galán y además, sus últimas películas se habían saldado con un rotundo fracaso en taquilla.

Cuando surgió su nombre para un proyecto de la Paramount, los productores se negaron en rotundo… Brando está acabado, dijeron. A pesar del empeño del director en contar con él, los dueños de la película pusieron todas las trabas posibles para que el actor rechazara el papel: cambiaron su sueldo por una participación en los beneficios, le advirtieron que tendría que pagarse él mismo todos sus excesos e incluso le obligaron a realizar una audición, tratándolo como si fuera un novato… no sirvió de nada, Marlon Brando aceptó todas las condiciones, rodó aquella película y se convirtió en Vito Corleone, uno de los mejores personajes que ha dado la Historia del Cine.

Un año después, en 1972, la Academia se rindió ante la evidencia y le concedió el Oscar al mejor actor principal por su papel en El Padrino, una de las más grandes obras maestras del séptimo arte.

Recreación Artística del SLS | Imagen: NASA.org

La NASA se encuentra en estos momentos en lo que, para Brando, serían los años duros. Muchos han sido los que han señalado las dificultades por las que atraviesa la Agencia Espacial Estadounidense y algunos incluso han apuntado malignos esbozos de lo que podría significar su futura decadencia. Otras Agencias parecen llevarse la admiración de los medios. La carrera se abre y nuevos pretendientes se unen a la exploración y conquista del espacio. Rusos, chinos, japoneses…

Haciendo un balance realista resumimos: La crisis económica ha rebajado el presupuesto de la NASA a niveles preocupantes. Después de haber cancelado su programa de transbordadores, hoy por hoy, los americanos ni siquiera tienen capacidad para lanzar misiones tripuladas al espacio. Para ello, tienen que enviar a sus astronautas al cosmódromo de Baikonur y pedirle a los rusos que le den un paseito en sus antiguas, pero siempre fiables, Soyuz. Su proyecto más ambicioso, el Telescopio Espacial James Webb, baila en la cuerda floja por falta de presupuesto y ya se ha retrasado su lanzamiento varias veces… la última fecha y siempre que los nuevos recortes no vuelvan a aplazarlo, se ha fijado en el año 2018. La crisis económica está dejando un reguero de proyectos espaciales a medias, aplazados o cancelados, y se ha cobrado ya casi 7.000 empleos directos e indirectos asociados a la Agencia.

La NASA está viviendo malos tiempos y nadie diría que los que vienen vayan a mejorar. Sin embargo, y cuando pocos daban un duro por ella, de repente salta el anuncio: los americanos quieren volver a la Luna. Lo que están oyendo… misión tripulada más allá de los aburridos viajes suborbitales que comenzaría en tan sólo siete años. Un paso gigante para una agencia tambaleante que ahora se lanza a por su particular Oscar.

El programa comenzaría con una misión en 2017 con la nave Orion/MPCV orbitando la Luna para dos años más tarde, en 2019, realizar la misma misión pero con tripulantes. No parece un gran avance si tenemos en cuenta que será lo mismo que ya hicieron los astronautas del Apollo 8 hace más de 40 años, pero viendo cómo está el panorama actual, significa un avance prometedor.

Pero… ¿puede hacerse? O mejor dicho, ¿puede la NASA, con sus recursos actuales, hacerlo? Seguramente es la pregunta que muchos nos hacemos recordando los últimos “hypes mediáticos” con los que los americanos nos han obsequiado en los últimos meses. Conferencias y ruedas de prensa anunciadas a bombo y platillo para quedarse en agua de borrajas. Las excentricidades de Brando llevadas al terreno espacial.

¿Qué quiere la NASA con este anuncio? ¿Es un proyecto realizable o tan sólo un nuevo intento para captar la atención de los medios y conseguir financiación? Podría tratarse de la pescadilla que se muerde la cola: No puedo hacerlo, aun así anuncio que voy a hacerlo, todos me prestan atención y consigo el presupuesto para hacerlo…

Mientras nos enfrascamos en el debate de si podrán o no, le echamos un vistazo al programa comprobando que el proyecto presentado es abrumadoramente ambicioso y contiene incluso sus pequeños elementos cinéfilos como enviar a un astronauta a un asteroide cercano…

Lo primero que destaca es la apuesta ya en firme por el SLS, un sistema de lanzamiento espacial que, después de muchas idas y venidas, será el sustituto de los ya extintos transbordadores y que nos devuelve a la memoria la imponente imagen del Saturno V.

La configuración inicial del SLS (Block-1) debería ser suficiente para enviar al módulo Orion de camino a la órbita lunar en apenas siete años. A partir de ahí se abriría un periodo de ampliaciones sucesivas del SLS tanto de la potencia como de la carga del cohete… y es aquí donde empieza la diversión.

¿Misiones tripuladas que vuelvan a pisar la Luna? ¿Quizá visitar un asteroide?

Con el Padrino, Brando tuvo su oportunidad para demostrar que seguía estando arriba. Aún está por ver si la NASA conseguirá el papel que le lleve al Oscar.

Personalmente soy extremadamente escéptico al respecto. Creo que la NASA no está preparada para lo que promete. Y ojo… no es culpa suya: las condiciones políticas y económicas que se avecinan en la próxima década no dejan apenas lugar para grandes saltos. Las grandes empresas espaciales son también grandes apuestas económicas y no está el patio para fiestas.

No obstante, y solo por si acaso, estaría bien no dar por muerta a la histórica Agencia esperando que, como el teniente McClane, medio descalza y atrapada, la NASA consiga lo que a mi me parece imposible al ritmo de “te siguen subestimando, John”

Éste artículo corresponde a la sección «Desde la cubierta del Beagle«, mi colaboración semanal con el periódico Diario de Avisos y su sección de ciencia Principia.

Si queréis conocer más detalles sobre el avance del programa anunciado por la NASA os recomiendo que no tengáis bien vigilado el blog Eureka de mi buen amigo Daniel Marín. Allí podréis leer todas las noticias relacionadas con esta noticia, el SLS, el Orion/MPCV y muchas más.



Por Irreductible, publicado el 6 octubre, 2011
Categoría(s): Desde la cubierta del Beagle