Creadores de vidas de mentira

Por Guillermo, el 13 abril, 2010. Categoría(s): cosas de la Aldea • curiosidades • guillermo

Dejó escrito nuestro literato José María Pemán en el libro de honor del Museo de Cera de Madrid:

«Cuando se le rompían las narices a una estatua griega, se la reponían en cera. De ahí viene la palabra “sincera” (sin-cera) para nombrar la verdad”

La realización de una figura de cera que, como la falsa nariz de la estatua griega, es como una vida de mentira, requiere más habilidad y tiempo del que podemos pensar.

Durante el proceso no solo intervienen escultores sino también otros profesionales como sastres, diseñadores de vestuario, dentistas, peluqueros…

Por ejemplo, para la inserción del pelo (humano) en cabeza, cejas y pestañas, se requiere una media de setenta horas de trabajo y concentración, ya que se va colocando uno a uno con la ayuda de una aguja especial.

Para las figuras masculinas este proceso de inserción suele durar todavía más, ya que se extiende al vello facial y al de las manos y los brazos.

Todo se inicia cuando el escultor moldea en primer lugar una escultura de arcilla de la cabeza y rostro, con la ayuda de fotografías y diversa documentación que son indispensables para plasmar después otros pequeños detalles como las expresiones faciales, las arrugas, etc.

De esta escultura de arcilla se crea un molde de yeso sobre el que se vierte la cera, y que se retira una vez seca.


Ya tenemos una imagen de cera en bruto y a continuación se procede a la talla en detalle de la nariz, labios, orejas, ojos, arrugas, etc. con la ayuda de herramientas diseñadas específicamente para ello, teniendo en cuenta otros muchos aspectos como la edad, marcas de nacimiento, etc.

Un proceso lento y delicado donde también se inserta el pelo, los ojos de cristal, los dientes de porcelana y se pintan las tonalidades de la piel.


Otras partes del cuerpo como las manos y las piernas también se crean con la ayuda de las mismas técnicas.

Las partes de cera se acomodan en un cuerpo o soporte de fibra de vidrio que, finalmente, se viste con ropas adecuadas a la época histórica, profesión, etc. del individuo.

En fin, como veis se trata de un proceso largo, paciente, meticuloso, concienzudo…. del que incluso algunas de estas figuran hasta parece que, por un momento, toman vida para disfrutarlo (véase, si no, la expresión de relajación y satisfacción de esta cara de cera mientras es suavemente moldeada)

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Nota: De nuevo el juego de la profesión nos ha regalado una pila de geniales comentarios con los que pasamos un día realmente divertido. Entre todas vuestras respuestas, felicitamos a los que acertaron y en especial a Ucedaman, uno de los irreductibles más veteranos de este blog, que fue el primero en dar con la clave de la fotografía. También un saludo al bueno de Mapoto que decidió ampliar su respuesta-comentario con una de sus delirantes entradas.

Así que, después de pasarlo tan bien ayer, seguro que habrá una cuarta edición de aquí a un tiempo 🙂

Tenéis más información y fuentes en: Craftcentral, Royal London wax Museum, Modernmechanix y en el proyecto fotográfico conjuto de Google y la Revista Life