Corrían los novedosos años de la segunda mitad de la década de los sesenta, allá por 1965, cuando un espigado científico inglés andaba atareado echándole una mano a la NASA en una de las misiones Viking a Marte.
Su nombre era James Lovelock y en aquella visión del planeta rojo tuvo una idea que terminaría aplicando a nuestro pequeño mundo azul.
La idea fue germinando durante varios años, escondida entre papeles, datos, fotografías y esquemas… En 1979, Lovelock escribió su libro: Gaia, a new look at planet Earth.
La teoría era simple, casi infantil y con algunas notas mitológicas que no gustaron a la encorsetada comunidad científica de aquellos años… Una visión de la Tierra como un todo conectado que se autorregula, que se construye y que reacciona.
Muchos la malinterpretaron (aún hoy se sigue haciendo) e incluso la llevaron al terreno de la fantasía… los sueños de un viejo loco que había perdido la cabeza… Otros, comprendieron al menos su esencia y la defendieron… vieron en esa teoría un resquicio de originalidad a la incipiente ciencia ambiental y los movimientos ecológicos en alza de aquellos años.
Personalmente, pienso que es una teoría bastante válida, siempre que apartemos de Gaia toda imagen platónica de un ser consciente y reaccionario, y olvidemos las connotaciones y mitos que caminan unidos a iconos como la Diosa Gea.
La teoría fue evolucionando, adaptándose, y hoy es respetada hasta por científicos que en su día la atacaron… Con un pequeño cambio de nombre, se solucionaron muchos de los problemas que aquellas ideas planteaban… Pasó de ser La Teoría de Gaia y comenzó a llamarse Ciencia del Sistema de la Tierra…
Aún así sus planteamientos siguen siendo básicamente los mismos… ideas que se levantan sobre los pilares del equilibrio y la conexión.Llegaban los años ochenta y el movimiento verde, la cruzada ecológica arribaba a puerto, quizá demasiado tarde… Comenzaban a sonar palabras como ozono, CFC, greenpeace… y sonaban también en la radio con grupos que se comprometían… REM, U2, Midnight Oil…
Hoy comienzo la semana con noticias que me joden, con datos que me preocupan y con estupideces que no comprendo… Solo hoy, 13 de Abril, el mundo se levanta con noticias como estas:
– La NASA registra un Record en la disminución de hielo antiguo del Artico.
– El hielo más fino y más proclive a desaparecer: Febrero de este año. fuente NASA
– Se adelanta el deshielo ártico: El polo norte estará libre de hielo antes de una década.
– El cambio climático extiende enfermedades
– Eslovenia aprueba cazar y matar a 70 de sus últimos 500 osos pardos. (¿?¿?¿?)
Para que seguir… Alguno se dejará llevar por la teoría de Gaia y llevándola al extremo, pensará que los últimos desastres naturales, los terremotos, los volcanes y los tornados los tenemos bien merecidos.
Y recuerdo el punzante monólogo de Georges Carlin… la famosa pero estúpida frase de «Salvemos el Planeta»… ¿Salvemos el Planeta?… Carlin lo expresaba de manera genial: Este Planeta lleva aquí millones de años antes de que llegáramos… ha sobrevivido a meteoritos, cambios de órbitas, glaciaciones… ¿Salvemos el Planeta?… Pero qué tontería es esa… ¡Joder!… ¡Salvémonos nosotros!.
Cuando el Planeta quiera nos mandará a freir espárragos de un manotazo… nos sacudirá como pulgas…
Y entonces sonará bien fuerte la canción de REM… It’s the end of the world as we know it, sí… el final del mundo tal y como lo conocemos… pero el mundo seguirá, se autoregulará y continuará… aunque eso sí… sin nosotros… unas pulgas molestas.