En el año 2000, durante los trabajos de restauración de la muralla medieval del pequeño pueblo toscano de Massa Marítima, se descubrió el mural de una fuente pública, oculto por siglos y siglos de suciedad.
Tras los primeros trabajos de limpieza, en principio el fresco parecía representar un grupo de mujeres debajo de un gran árbol en una escena cotidiana de la vida medieval.
Pero nada más lejos de la realidad.
A medida que se iba profundizando en la limpieza de las capas de cal y suciedad, la sorpresa de los restauradores iba en aumento.
Y es que la imagen que acababan de descubrir no era para menos: las ramas del árbol se encontraban habitadas, no por comunes gorriones cantarines, sino por más de dos docenas de miembros viriles que parecían tener vida propia.
He aquí la imagen ampliada:
Descartada rápidamente la idea de que la imagen representase únicamente una pintura obscena o una sodomización arbórea generalizada, los investigadores se pusieron manos a la obra para tratar de dar una solución al enigma.
Una primera teoría fue que se trataba de un símbolo de fertilidad y otra habla de que nos encontramos ante una de las representaciones de brujería más tempranas que han sobrevivido de la Europa medieval.
Pero cobra más fuerza una reciente explicación que sostiene que el mural es una advertencia política, sí, política…
Explica esta corriente, encabezada por George Ferzoco, director del Centro para los Estudios Toscanos de la Universidad de Leicester, que en el momento en que el fresco fue probablemente pintado (Siglo XIII), Massa Marittima se encontraba controlada por los guelfos, que recientemente habían expulsado a sus rivales los gibelinos.
Las águilas negras volando por debajo del árbol, que representan el símbolo de la derrocada facción gibelina, junto con otros detalles del mural, llevan a la conclusión de que el mensaje que claramente se quería enviar a los habitantes de Massa Marítima era:
«Si se permite a los gibelinos volver traerán con ellos la herejía, la perversión sexual y la brujería” (recordemos que los herejes, según se pensaba en la Edad Media, practicaban la brujería y la sodomía. De ahí el árbol con penes)
Sea cual sea el mensaje de esta extraña pintura, los ciudadanos de Massa Marittima pueden respirar con tranquilidad, a sabiendas de que su pueblo alberga una importante y única pieza artística, en lugar de una pintura obscena que tal vez algunos hubieran preferido volver a cubrir.
Fuentes y más información en got medieval (inglés) y en threemonkeysonline (castellano)
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Artículo realizado por Guillermo
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