Nikolai Bogdanov-Belsky (1868-1945) pintó en 1895 este cuadro titulado “Contando en sus cabezas”, en el que un grupo de escolares rusos de 12 ó 13 años tratan de resolver mentalmente el problema matemático que su profesor ha escrito en la pizarra.
Como podéis ver, la operación a resolver por los chavales es la siguiente:
(10² + 11² + 12² + 13² + 14²) / 365
Conozco mucha gente que, siendo capaz, le es absolutamente imposible calcular mentalmente, no ya la complicada fórmula anterior, sino una simple suma u operación matemática.
Y esto ocurre porque nos hemos acostumbrado y ya no podemos entender que muchas de esas simples operaciones se pueden hacer sin calculadoras.
Un claro ejemplo lo tenemos a la hora de pedir la cuenta en un restaurante y dividir el importe entre el número de comensales para ver “a cuanto toca por cabeza”: enseguida echamos mano de la calculadora del teléfono móvil.
Este cuadro de 1895 de Bogdanov-Belsky, con los niños tratando de resolver mentalmente un problema matemático, me ha recordado que hubo una época no tan lejana en que la gente era capaz de vivir diariamente sin calculadoras, y se desarrollaba, en cambio, esa habilidad casi olvidada hoy en día del simple cálculo mental o a mano.
Ojo, que no hay duda que las calculadoras, desde sus inicios, son un gran invento y ayuda, y que está muy bien utilizarlas cuando es necesario, pero con su uso hasta para las más sencillas operaciones tal vez estamos “dejando morir” esa habilidad que también a nosotros nos enseñaron nuestros sabios maestros en la escuela.
Por cierto, la solución al problema es 2.
…Y, a diferencia de los niños del cuadro, he tenido que usar la calculadora… 😉
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Artículo realizado por Guillermo