La Marcha de la Muerte de Bataan tuvo lugar en Filipinas en 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, y representó un atroz crimen de guerra japonés.
La marcha (de alrededor de 100 Km) trasladaba de la península de Bataan a otros campos de prisioneros a 75.000 soldados, estadounidenses y filipinos (también civiles) capturados por los japoneses.
Se caracterizó por la amplia gama de abusos físicos y asesinatos inflingidos a los prisioneros por las fuerzas armadas del Imperio Japonés a lo largo de la caminata.
Decapitaciones, apuñalamientos con bayonetas, violaciones, golpes de culata de rifle… deliberada negativa a permitir beber y comer a los prisioneros durante la marcha de casi una semana bajo el calor tropical…
Un desfallecimiento equivalía a una sentencia de muerte, al igual que cualquier protesta o una simple petición de agua. Los reclusos eran atacados por ayudar a sus compañeros más débiles.
También se han documentado casos en que los conductores de los vehículos japoneses ataban una bayoneta de fusil a un largo palo y cortaban en cadena las gargantas de los prisioneros (en este caso filipinos) que marchaban junto a la carretera.
Ha sido imposible determinar el número exacto de víctimas, aunque algunos historiadores, basándose en informes aliados, estiman que sólo 54.000 de los 75.000 prisioneros llegaron a su destino, desconociéndose el número de aquellos pocos que lograron escapar por el camino.
Después de la rendición del Japón en 1945, una comisión estudió los crímenes de guerra japoneses, incluidas las atrocidades de la Marcha de la Muerte. El general japonés responsable de los prisioneros fue ejecutado el 3 de abril de 1946 a las afueras de Manila.
Fuentes y más información: Exordio | The Bataan Death March | Wikipedia