Según sus biógrafos, si hay algún científico que se ajusta al tópico de sabio despistado, éste es el inglés Isaac Newton (1643-1727).
Se cuenta, entre otros despistes, que en cierta ocasión, queriendo Newton determinar el tiempo óptimo de cocción de un huevo, se puso a comprobarlo experimentalmente.
Para ello llenó un puchero con agua, lo puso al fuego e introdujo en él su magnífico reloj de bolsillo. Mientras, ansioso, huevo en mano, vigilaba el tiempo que iba transcurriendo.
Visto en «El libro de los hechos insólitos» de Gregorio Doval
Ahivá, que bueno XD ¿Cúanto tardaría en darse cuenta el pobre Newton?
Ese es peor que mi jefe… y ya es decir
No sabía que en esos tiempos ya existieran los relojes de agua.Juas. Muy curioso.
SALU2
Er… esa anécdota la he leído como un chiste que le contó Santiago Ramón y Cajal a un periodista, al preguntarle este qué era lo más difícil de ser sabio. «Mirar atentamente el tiempo en el huevo mientras se echa a cocer el reloj, jeje»
¡Qué gracioso! Supongo que Newton tendría muchos relojes. O muchos huevos.
Besinhos from Anita B.
Buen dato. Gracias por el mismo.
Muchas veces las grandes ideas surgen de momentos como este, en los que la mente está «dispersa».
Gracias por los comentarios 🙂