TEXTOS PARA EL DOMINGO

Por Irreductible, el 21 septiembre, 2008. Categoría(s): deportes • historia antigua

Es admirable que las olimpíadas modernas hayan cumplido ya cien años a pesar de dos guerras mundiales y de ocasionales boicots, pero más sorprendente aún es el hecho de que las olimpíadas antiguas se hayan celebrado, con ligeras variantes, durante casi mil doscientos años.

Según el calendario griego de uso común, los juegos olímpicos se celebraron por vez primera en el año 776 a. C. (aunque es posible que se trate de una mera reorganización de un festival que existía ya antes) y fueron clausurados probablemente en el año 393 d. C., cuando el emperador cristiano Teodosio I prohibió la celebración de festivales paganos. Su hijo el emperador Teodosio II decretó, unos treinta años más tarde, la destrucción de templos y santuarios.

Durante ese largo período hubo serios esfuerzos por compilar listas de los vencedores en los juegos, porque con frecuencia se situaba la fecha de un acontecimiento haciendo referencia al ganador de una prueba, casi siempre la carrera corta o “estadio”. Se decía, por ejemplo, que algo ocurrió “el año en que Desmón de Corinto ganó el estadio”. Los vencedores en los juegos olímpicos proveían así el marco de referencia dentro del cual se circunscribía la vida de la Hélade. Con un cierto dejo de tristeza podemos anotar que el último atleta vencedor cuyo nombre conocemos es Varazadates (o Barasdates), un príncipe helenizado de Armenia, quien ganó la competencia de boxeo en el año 385 d. C., cuando ya los juegos olímpicos estaban amenazados de muerte.

¿Dónde y cómo se celebraban los juegos olímpicos y por qué? Me parece útil comenzar por los hechos más conocidos para luego intentar darles sentido.

Supongamos que por un hermoso azar se descubre que en algún lugar de Grecia, Sicilia o Asia Menor hay una ciudad o pólis griega que hasta ahora no ha sido excavada, y que nos encomiendan a ustedes y a mí la formidable tarea de sacarla a la luz. Al comenzar a cavar trincheras exploratorias no podremos evitar hacernos algunas preguntas: ¿Dónde estará situada el ágora o plaza pública? ¿Dónde estarán los templos más importantes? ¿Dónde se encontrará el teatro? Y, por último, ¿dónde habrán construido estos griegos su estadio?

Estas preguntas surgen porque se refieren a cuatro instituciones constitutivas de la vida griega: política, religión, poesía y atletismo. Sin estadio y sin el lugar donde uno se prepara para competir en el estadio, vale decir, sin gimnasio, no hay vida griega plena. La presencia del gimnasio y del estadio dentro de una pólis responde a la necesidad casi obsesiva de mantenerse en buen estado físico, no como algo deseable por sí mismo y compatible con el buen estado físico de los demás conciudadanos (como el fitness actual), sino como una condición necesaria para salir de la pólis y competir con éxito fuera de ella.

Se calcula que a comienzos del siglo V a. C. se organizaban en el mundo griego más de 50 juegos o competencias entre atletas de distintas ciudades y que unos siglos más tarde ese número ya era superior a 300.

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Texto extraido de una Conferencia de Alfonso Gomez Lobo. Catedratico Filosofia de la Univ. Georgestown
Se explica el programa de dichos juegos y después se describen los eventos.
Entre los temas más controvertidos que se plantean en estas páginas están el profesionalismo en el atletismo griego, las explicaciones sobre la desnudez y la exclusiva participación masculina, así como los orígenes religiosos de los juegos.

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Por Irreductible, publicado el 21 septiembre, 2008
Categoría(s): deportes • historia antigua