El poder de los anillos y la estupidez de la gemoterapia

Por Irreductible, el 26 julio, 2008. Categoría(s): curiosidades de la historia • pseudociencia

ARTE – EL PODER DE LOS ANILLOS
Andaba yo leyendo alguno de los números antiguos de la Revista «La Aventura de la Historia» cuando me topé con un interesante artículo de Jorge Molist, titulado: El Poder del Anillo…

Mi imaginación voló inmediatamente a los célticos parajes de J.R.R. Tolkien, cuando descubrí que no se trataba en realidad de un artículo sobre orcos, elfos o hobbits… Aunque sí de anillos con poderes…

Os propongo que busqueis un anillo en cualquier personaje de las representaciones escultóricas o pictóricas de la Edad Media…

Bueno… mejor no perdais el tiempo… Os ahorraré la investigación y os diré que no los vais a encontrar, salvo en las manos de Obispos y Papas y, siempre, sobre guantes blancos…

Después de revisar cientos de pinturas y esculturas medievales, la única excepción encontrada ha sido una talla de alabastro (ya tardía, en el siglo XV) en la que la Virgen luce un pequeñísimo anillo en su dedo meñique…

Hasta la llegada del Renacimiento no se ven anillos en manos de seglares, primero en pinturas italianas o flamencas, y más tarde en otros paises…

Pero… ¿Por qué la ausencia de anillos en la Edad Media, cuando se habían estado utilizando tan frecuentemente en epoca egipcia o romana?… La respuesta está en el Poder que simbolizan…

Tan sólo los más altos prelados o excepcionalmente los grandes nobles podían usarlos. Incluso se conservan escritos que advierten a la población de a pie contra su uso… Una prohibición que se hacía especialmente remarcables en mujeres: «Que niguna mujer de cualquier estamento o condición, se atreva jamás a lucir piedras preciosas, anillos o joyas», decían las ordenanzas de Cervera en 1344 y otros similares en Barcelona de 1376.

Dejando a un lado el trasfondo, marginal y machista, del hecho que se advirtiera a las mujeres que no se atrevieran a buscar algun elemento que significara o representara «poder», hemos de decir, que la moda del lujo era imparable y en 1400, Bernat Metje, literato y cortesano de Juan I, escribe en su obra «Lo somni» sobre las mujeres que pedían joyas y los maridos condescendientes… «Haciéndose las obedientes y humildes, piden a los muy bestias de sus maridos, que al final ceden, anillos y perlas»…

OBJETOS MÁGICOS
La prevención sobre los anillos no provenía solamente de la austeridad que todo buen cristiano debía tener, sino del poder mágico que se les atribuía…

Y el colmo de ese poder mágico llegaba cuando se unía un anillo con una piedra preciosa, que según la superchería de la época, aumentaba su poder esotérico y nigromántico…

Así, Gaspar de Morales, en su Tratado de las propiedades maravillosas de las piedras preciosas (1598) indica que las perlas reflejan la naturaleza de Venus y Mercurio y estan situadas en el firmamento en la estrella Umbilicus Andromedae a 20 grados de Aries. Posee virtudes curativas contra la peste y las fiebres maliciosas.

El diamante, encierra la naturaleza de Jupiter y es propicio contra los malos sueños y fantasmas y servía también para comprobar la castidad y fidelidad de la esposa, si se colocaba «cautelosamente bajo la cabeza de la mujer, estando dormida. Al despertarse, si era casta y leal a su marido se abrazará a él… si no, se desviará y le huirá»… Que cosas!!…

El rubí, era la piedra reina entre todas las piedras preciosas y muchos autores los denominaron «piedras ardientes de color sangre». Su naturaleza pertenece a Marte y Venus (menuda combinación!) y se le atribuían fuerzas espirituales… Esta era una de las razones de que se vean tan a menudo, ligados a Papas y Obispos.

En la actualidad, y retomando el hilo de los poderes curativos y mágicos de las piedras, han resurgido estás retrógradas supercherías en forma de un timo al que las brujas y videntes de turno llaman «Gemoterapia»… Menuda pamplina…

Escribo videntes, porque supuestamente tienen poderes de visión del futuro (jajaja)… en realidad debería escribir Bi-dentes… Dos dientes afilados para chupar, como vampiros, el dinerete de todos los incautos y necios que se dirigen a ellos para consultar cualquier dolencia… En la mayoría de los casos, estos ignorantes «tan sólo» pierden el dinero… En otros también la salud, que dejan en manos de curanderos y métodos medievales como estas piedras…

Aún hoy, en el siglo XXI, escribes «gemoterapia» en Google y aparecen más de 150.000 resultados… Simplemente asombrosa la capacidad de estupidez que aún existe.

Desde la Aldea Irreductible, y ya puestos a utilizar métodos curativos medievales, recomendaríamos comenzar por las sangrías… Tan injustamente denostadas y vituperadas… y ya que parece que queremos volver a la Medicina de la Edad Media, creo que sería el primer paso hacia una verdadera Ciencia de la Curación…

 



Por Irreductible, publicado el 26 julio, 2008
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