CUANDO LOS CABALLEROS SE RETABAN EN DUELO
Curiosidades sobre los duelos de honor
Un duelo era un tipo formal de combate que se desarrollaba por voluntad de una de las partes -el desafiante- para lavar un insulto a su honor después de la ofensa real o imaginaria. El objetivo no era, en general, matar al oponente, sino lograr «satisfacción», restaurando el honor propio al poner en juego la vida para defenderlo.

No hubo durante los s.XVII, XVIII y XIX nada más estrechamente asociado al orgullo varonil que el duelo.

Los celos, las diferencias políticas, indiscreciones, desplantes, una simple descortesía o, incluso, una mirada, eran razón suficiente para golpear al ofensor en el rostro con un guante, o tirar el guante al suelo delante de él, explicitando la demanda de batirse en duelo.

Esta costumbre del guante se originó en la Edad Media, cuando se ordenaba a un caballero, que recibía una palmada ritual en la cara simbolizando la última vez que la aceptaría sin devolver un desafío o, de lo contrario, quedaría deshonrado.

En algunos países de Sudamérica se sustituyó el golpe de guante por la «mojada de oreja» (Pasar la mano mojada en saliva por la oreja del adversario).

Habida cuenta que se enfrentaban dos caballeros, el comportamiento de los duelistas debía ser escrupulosamente formal y correcto: Deberían llevar uno o varios padrinos o testigos, quienes decidirían la fecha del combate, el tipo de arma, el terreno y la distancia entre los adversarios.

También se redactaba un protocolo que eximía de responsabilidad penal al combatiente vencedor en caso que el otro resultara mortalmente herido.

A elección de la parte ofendida, el duelo podía ser:

1.- A primera sangre, en cuyo caso finalizaba tan pronto como uno de los duelistas resultaba herido, incluso si la herida fuera leve.
2.- Hasta que uno de los contrincantes fuera severamente herido, de forma tal que se encontrase físicamente incapacitado para continuarlo.
3.- A muerte, en cuyo caso no habría satisfacción hasta que la otra parte estuviera mortalmente herida.

En el caso de duelos a pistola, cada parte podía realizar un disparo, pero también podía continuar hasta que uno de los duelistas fuera herido o muerto. No obstante, un intercambio de más de tres series de disparos era considerado bárbaro, además de ridículo por la falta de puntería.

Una excelente manera de evitar un duelo fue elegir armas absurdas o suicidas: obuses, estiércol, mazos, horquillas para sujetar cerdos….fueron elegidos como armas de duelo.

Muchas veces, por ridículo, el duelo fue cancelado.

Se dice que Edgar Allan Poe una vez consiguió evitar un duelo mostrándose demasiado borracho para disparar.

Y si con esas artimañas no era posible evitar el duelo, por lo menos se hacía más interesante: En 1808 dos caballeros franceses se batieron a duelo en globos aerostáticos sobre París, cada uno tratando de pinchar el globo del oponente. Uno de ellos fue derribado y se mató en la caída junto con su padrino.

También se cuenta el duelo de dos hombres lanzándose bolas de billar.

En las Islas Jónicas durante el siglo XIX los duelos se hacían a cuchillo, y comenzaban con un intercambio de insultos de índole sexual en un lugar público. Los contrincantes no peleaban con el objetivo de asesinar al oponente, sino de marcarle el rostro con el cuchillo.

Pero los duelos no fueron sólo un “juego” entre caballeros. También hubo duelos entre damas: En 1792 Lady Elphinstone hizo un comentario público sobre la verdadera edad de Lady Braddock, por lo que esta última exigió satisfacción en duelo a un único disparo.
Lady Braddock falló, y el disparo de Lady Elphinstone atravesó el sombrero de su oponente (otra nueva ofensa), así que, desatendiendo a sus padrinos, iniciaron una breve ronda de esgrima.

Lady Elphinstone fue herida en un brazo y finalmente escribió una carta de disculpas.

Después se marcharon a casa.

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Post Realizado por Guillermo
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