REDES: FUTURO, LA FUSIÓN DEL ALMA Y LA TECNOLOGÍA

Por Irreductible, el 27 agosto, 2008. Categoría(s): aldea digital • cerebro • ciencia • redes • tecnologia

REDES 10: LA FUSIÓN DEL ALMA Y LA TECNOLOGIA.
Sir Roger Penrose es uno de los físicos más originales que ha dado el siglo XX. Sus trabajos sobre la Relatividad de Einstein, junto con Stephen Hawking, son fundamentales en la física actual.

Profesor emérito de Física de la Universidad de Oxford, podemos decir que lleva la Ciencia en los genes… su padre también fue científico, Lionel S. Penrose, uno de sus hermanos es matemático, Oliver Penrose, y otro, ajedrecista, Jonathan Penrose.

Debe ser interesante asistir a una cena familiar en casa de los Penrose…

Roger Penrose es un físico multifacético, no sólo se ha especializado en singularidades e hipótesis cósmicas, sino que sus trabajos en el campo de la divulgación son especialmente notables.

He leido bastantes libros de Penrose como para poder afirmar que alterna libros realmente densos y complicados, que no tengo ningún inconveniente en reconocer que he dejado por imposibles, con verdaderas joyas científicas como «Lo grande, lo pequeño y la mente humana», La Naturaleza del espacio y el tiempo (con el amigo Stephen Hawking) o «La nueva mente del Emperador», que he devorado en apenas unos días (Este último es especialmente recomendable)

Penrose ha pasado en varias ocasiones por las entrevistas de Eduard Punset y tanto en ellas, como en sus libros, nos muestra su cara escéptica sobre las cotas futuras de la tecnología en relación con la mente.

Para Penrose, la tecnología futura no llegará a igualarse a la mente humana… Pero, hoy Eduard Punset entrevista a Raymond Kurzweil, uno de los tecnólogos y especialistas en inteligencia artificial más reconocidos del mundo, que está convencido de que no habrá distinción entre máquinas y humanos dentro de pocos años…

Traigo hoy a la Aldea dos caras contrapuestas de la misma moneda… Penrose-Kurzweil.

Kurzweil, autor de los libros “La era de las máquinas inteligentes” y “The Singularity is Near” suele generar controversias, pero tiene créditos que lo avalan:

  • Fue seleccionado como uno de los 18 pensadores más influyentes elegido por la US National Academy of Engineering para identificar los retos tecnológicos más grandes de la humanidad en el siglo XXI;
  • Es uno de los cinco miembros del Army Science Advisory Group que aconseja al ejército estadounidense sobre prioridades de investigación científica;
  • Recibió el galardón Lemelson-MIT Prize, el premio para inventores más importante del mundo, y otros varios premios tecnológicos de mano de varios presidentes de los EUA; predijo con varios años de anticipación el surgimiento y masificación de Internet y la victoria en ajedrez de un ordenador a un campeón mundial (Kasparov perdió contra Deep Blue en 1996).

Penrose sin embargo opina, en sus trabajos sobre la mente, que existe un elemento de naturaleza no computable en la actividad mental y por tanto, no tendremos la oportunidad de vivir las aventuras de algunas películas de Ciencia Ficción, ahora que están tan de moda los robotitos con emociones como Wall-e …

Un tema muy interesante que ya he tratado en muchas ocasiones en la Aldea, con personajes básicos en la ciencia de las computadoras y la mente, como Turing o Goddel, y que hoy podemos ampliar con otro fantástico programa de Redes.

PRÓLOGO

Hay una numerosa concurrencia en el Gran Auditorio para asistir a la presentación de la nueva computadora «Ultronic». El presidente Polho acaba de concluir su discurso de apertura y se alegra de ello: no se siente a gusto en tales ocasiones y no sabe nada de computadoras, salvo que ésta le va a ahorrar mucho tiempo.
Los fabricantes le han asegurado que, entre sus muchos cometidos, será capaz de asumir todas las delicadas decisiones de Estado tan fastidiosas para él.

Mejor que así sea, considerando la cuantiosa suma que se ha invertido en ello. Se ve ya disfrutando de muchas horas libres para jugar al golf en su magnífico campo privado, una de las pocas áreas verdes extensas que quedan en su pequeño país.

Adam se sentía privilegiado de contarse entre los asistentes a la ceremonia de inauguración. Se sentó en la tercera fila. Dos filas más adelante de él estaba su madre, tecnócrata que había intervenido en el diseño de Ultronic. Casualmente su padre también estaba allí —en el fondo de la sala—, completamente rodeado de guardias de seguridad. En el último minuto el padre de Adam había tratado de hacer estallar la computadora. Él mismo se había encomendado esta misión, autonombrándose «espíritu conductor» de un pequeño grupo de activistas: el Gran Consejo para la Conciencia Psíquica. Por supuesto, él con todos sus explosivos habían sido
inmediatamente detectados por los numerosos sensores electrónicos y químicos. Una pequeña parte de su castigo consistiría en ser testigo de la ceremonia de inauguración.

Adam no sentía especial aprecio por sus padres. Quizá no necesitaba tales sentimientos. Durante sus trece años había sido criado casi exclusivamente por computadoras rodeado de todas las comodidades. Podía tener todo lo que quisiera sin más que apretar un botón: comida, bebida, compañía y entretenimiento; también información sobre cualquier cosa que le interesara, siempre ilustrada con coloridas y atractivas ilustraciones. La alta posición de su madre había hecho posible todo esto.

El diseñador en jefe estaba llegando al final de su discurso: «…tiene más de 1017 unidades lógicas. ¡Más que el número total de neuronas que reúnen todos los cerebros de todas las personas en todo el país! Su inteligencia será inimaginable. Afortunadamente, sin embargo, no necesitarnos imaginarla. Dentro de un instante todos nosotros tendremos el Privilegio de ser testigos de primera mano de su inteligencia: ¡pido a la respetable primera dama de nuestro gran país, la señora Isabella Polho, que conecte el interruptor que activa nuestra fantástica computadora Ultronic!»

La esposa del presidente avanzó. Un poco nerviosa, y con cierta torpeza, cerró el interruptor. Se produjo un gran silencio y un casi imperceptible parpadeo de las luces cuando las 1017 unidades lógicas se activaron. Todos esperaban, sin saber muy bien el qué.

«Bien, ¿hay alguien en la audiencia que quiera dirigirse a nuestro nuevo Sistema de Cómputo Ultronic para plantearle la primera pregunta?», interrogó el diseñador en jefe. Nadie se atrevía, temerosos de parecer estúpidos ante la multitud, y ante la nueva omnipresencia. Se hizo el silencio. «Sin duda hay alguien», suplicó. Pero todos tenían miedo, aprensivos frente a la nueva y todopoderosa conciencia.

Pero Adam no sentía el mismo respeto, por el hecho de haber crecido entre computadoras. Casi sabía lo que se sentiría ser una computadora, o por lo menos así lo creía. De todas formas tenía curiosidad. Levantó su mano. «Ah, sí», dijo el diseñador en jefe, «el muchacho de la tercera fila. ¿Tienes alguna pregunta para nuestro —ejem— nuevo amigo?»

EPÍLOGO
«…LO QUE SE SIENTE SER…? Oh, …una pregunta muy interesante, muchacho… eh… Yo también quisiera saber la respuesta», dijo el diseñador en jefe. «Veamos lo que nuestro amigo tiene que decir a eso… Esto es extraño… eh… Ultronic dice que él no ve…, ni siquiera puede comprender lo que planteas!»

Los murmullos de risas por la sala estallaron en grandes carcajadas.

Adam se sintió molesto en extremo. Podían haber hecho cualquier otra cosa, pero no reírse.

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Por Irreductible, publicado el 27 agosto, 2008
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