Sr. Rajoy, ¿Dónde están sus 500 millones de árboles?

Por Irreductible, el 12 agosto, 2012. Categoría(s): actualidad • articulo opinion • ecologia • politica

bosque

Apenas han pasado nueve meses desde que el Partido Popular ganara las elecciones y en lo que llevamos de embarazo le hemos visto batir varias veces el record mundial de lanzamiento de programa electoral. La velocidad con la que una vez en el gobierno han tirado a la basura las promesas con las que consiguieron el poder hace que Ussain Bolt parezca una anciana con tacataca.

El bochornoso espectáculo que la gestión de D. Mariano y su séquito nos está deparando se ha convertido, día tras día, en motivo de escarnio y vergüenza ajena en la mayoría de los medios de comunicación, tanto nacionales como extranjeros. Como ejemplo más evidente podría citar la sonrojante recopilación de promesas electorales incumplidas que Ignacio Escolar lleva reuniendo desde hace meses bajo la etiqueta «la palabra del PP«.

Y es que, personalmente, ya he perdido la cuenta de las mentiras, contradicciones y excusas del actual gobierno en tan breve espacio de tiempo. Individualmente es prácticamente imposible recopilarlas todas, para acercarse tan solo un poco a una visión global de todas necesitaríamos un esfuerzo colectivo tan arduo y dedicado como el realizado por la Wikipedia. Quizá con varios miles de editores trabajando a tiempo completo podríamos llegar a tener una idea aproximada del desorbitado número de declaraciones, promesas y soluciones que nos brindaban los González Pons, Sáenz de Santamaría, Arenas y compañía desde la campaña electoral hasta el día de hoy.

Evidentemente, tampoco es muy relevante el haber convertido su mandato en una farsa de proporciones galácticas, sobre todo cuando posees un electorado fiel al que poco le importa lo que le hayas prometido. Es sin duda una ventaja realmente considerable eso de poder soltar por esa boquita lo que te apetezca, por descabellado que parezca, cuando al otro lado de las urnas cuentas con una manada de votantes sumisos y poco dados a rechistar.

Así pues la situación es realmente peculiar. Por un lado tenemos media España feliz porque los buenos, los suyos, están gobernando y en frente, otra media España protestando pero a la que tranquilamente se le puede decir que la culpa viene de atrás y que se han visto obligados a no cumplir por la herencia recibida.

Es el equilibrio perfecto y aun así, cualquiera que mire con algo de objetividad podrá comprobar que las excusas no se sostienen, que los datos no reflejan mejora y que las perspectivas son, como mínimo, preocupantes. La hemeroteca, esa maldita empollona con memoria de elefante, sigue dejando con el culo al aire al ínclito Nonaino, incluso si olvidamos su nefasta campaña electoral del año pasado y nos remontamos aún más en el tiempo.

Viajemos al año 2008… dejemos atrás las promesas de los últimos meses y volvamos a los incipientes momentos de la crisis en los que Zapatero, el mayor inútil que ha regido los designios de España en la Historia de su reciente democracia, se sentaba en el trono del Reino negando que llegara el invierno.

A principios de febrero de aquel lejano 2008, lo que a Mariano le importaba era la ecología y, sin excusas de deuda o primas de riesgo, prometía a los cuatro vientos que si él gobernaba plantaría 500 millones de árboles en tan solo cuatro años.

«Si soy presidente plantaré 500 millones de árboles en 4 años»

Ánimo Mariano, que solo quedan 499.999.999 más

Como es de suponer, aquella grandilocuente promesa quedó en agua de borrajas, pero nos sirve a la perfección para saber con quién estamos tratando realmente.

500 millones de árboles en cuatro años. Una cifra que en realidad era una nueva versión (adaptada y reducida) de otra promesa anterior, realizada en 2004, y que llegaba a 800 millones de árboles.

Compromisos matemáticamente improbables puesto que solo intentar alcanzar la versión reducida de aquella promesa, 500 millones de árboles, requería la titánica tarea de plantar 14.269 árboles cada hora durante 4 años… pero da igual. Como si hubiera prometido un cuatrillón de árboles, no hay diferencia porque a Mariano le importa un pimiento el tema.

España está viviendo la peor oleada de incendios de las últimas décadas, doblando la media de los últimos diez años. Valencia, Canarias, Galicia…

Nuestro país está ardiendo y al señor «cuando sea presidente plantaré un gugomillón de árboles» ni se le ha visto ni se le va a ver.

El incendio de julio en Valencia se saldó con más de 50.000 hectáreas arrasadas, casi el doble de hectáreas afectadas, un piloto fallecido y varios heridos mientras nuestro presidente se encontraba gritando goles como un enano de contento en la Eurocopa.

De los incendios de Canarias mejor ni hablamos
… ni los del mes pasado, ni los presentes. En La Gomera, el fuego lleva ardiendo una semana entera, algo que no ha perturbado las vacaciones de don Mariano y mucho menos del Ministro Arias Cañete que también está descansando, no se sabe muy bien de qué.

Mientras leen estas lineas hay 10 incendios graves activos por toda España. Miles de personas, ahora mismo, están siendo desalojadas de sus casas ante el avance del fuego y sobre mi cabeza vuelve a sonar el traqueteo de los helicópteros trayendo y llevando agua.

Apenas recuerdo la última vez que vi a Mariano Rajoy y no parece probable que aparezca, ni él ni algunos de sus Ministros, en las próximas horas para dar la cara… yo que pensaba que Naniano no sabía nada sobre plantar, tengo que confesar que me he equivocado porque menudos plantones está dando.

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