El Buckminsterfullereno y el nivel de los políticos

Por Guillermo, el 3 diciembre, 2010. Categoría(s): ciencia • curiosidades de la historia • guillermo • politica

No es que debamos exigir a nuestros políticos que sean expertos (por ejemplo) en mecánica cuántica, química, derecho, historia o medicina. No.

Pero sí debemos exigirles que cuando tengan que hablar o debatir por razón de su profesión de un determinado asunto (y más si se trata de una sesión o debate parlamentario) por lo menos se preparen y documenten, aunque sea mínimamente, sobre ese asunto de antemano.

Llevar la lección medianamente aprendida puede evitarles a ellos llegar a situaciones ridículas, cómicas y hasta absurdas, y a nosotros, sentir vergüenza ajena por quienes se supone nos están representando.

Como en todas partes cuecen habas, hoy os traigo la trascripción de una curiosa sesión parlamentaria en la Cámara de los Lores británica cuando debatía acerca de la financiación o no de la investigación científica sobre el buckminsterfullereno.

Se nota la falta de una mínima preparación y documentación previa sobre el asunto de muchos de estos Lores, a los que, junto a otros muchos políticos que todos tenemos en mente, aplicaría esta máxima de Abraham Lincoln:

Hay momentos en la vida de todo político en que lo mejor que puede hacer es no despegar los labios

 

En 1985 se descubrió el buckminsterfullereno o C60, el fulereno más pequeño constituido por 60 átomos de carbono repartidos en 20 hexágonos y 12 pentágonos, adquiriendo una forma geométrica que se asemeja a un balón de fútbol.

Su simetría casi perfecta es la razón por la cual los científicos la bautizaron como «la molécula más bella».

Hacia el año 1991 los investigadores se percataron de algunas de sus notables propiedades, como resistencia térmica y superconductividad, que podían abrir nuevos horizontes de investigación.

Precisamente ese año 1991, la Cámara de los Lores de Londres debía decidir si el Gobierno del Reino Unido continuaba financiando la investigación que, desde 1986, el Dr. Harold Kroto (a la postre Premio Nobel de Química en 1996) estaba llevando a cabo en la Universidad de Sussex respecto a las posibles aplicaciones comerciales del buckminsterfullereno y otros fulerenos.

Este es un extracto de la curiosa sesión parlamentaria en la Cámara de los Lores respecto a este asunto, celebrada el 10 de diciembre de 1991 a las 14:51 horas, tomada del Registro Parlamentario Hansard (el equivalente a nuestro Diario de Sesiones).

La sesión comenzó con una pregunta de Lord Errol de Hale al gobierno de su Majestad:
«¿Qué pasos se están dando para alentar el uso del buckminsterfullereno en ciencia e industria?»

El subsecretario de Estado Parlamentario, Departamento de Comercio e Industria (Lord Reay) contestó a esta cuestión y, a partir de ahí, comenzaron las preguntas de otros Lores, atención al nivel técnico y científico, consecuencia de la escasa preparación y estudio previo del tema, las conversaciones no tienen desperdicio…

Baronesa Seear: Señorías, perdonen mi ignorancia, pero ¿puede el noble lord decir si esta cosa es animal, vegetal o mineral?

Lord Reay: Señorías, me alegro de que la noble baronesa haga esta pregunta. Puedo decir que el buckminsterfullereno es una molécula compuesta de sesenta átomos de carbono conocida por los químicos como C60. Estos átomos forman una jaula cerrada hecha de doce pentágonos y veinte hexágonos que encajan como la superficie de un balón.

(…)

El incendio de la Cámara de los Lores (1835) de Joseph M. William Turner

Lord Renton: Señorías, ¿tiene la forma de un balón de rugby o de un balón de fútbol? (éste no andaba muy desencaminado sin saberlo, porque tiempo después se descubriría el fulereno C70, que tiene 12 pentágonos al igual que el buckminsterfullereno, pero tiene más hexágonos, y su forma en ese caso se asemejaría un balón de rugby)

Lord Reay: Señorías, creo que tiene la forma de un balón de fútbol. El profesor Kroto, cuyo grupo jugó un papel importante en el desarrollo de los buckminsterfullerenos, lo describió como si guardara la misma proporción con un balón de fútbol que un balón de fútbol tiene con la Tierra. En otras palabras es una molécula sumamente pequeña.

Lord Campbell de Alloway: Señorías, ¿para qué sirve?

Lord Reay: Señorías, se piensa que puede tener varios usos posibles; para baterías, como un lubricante o como un semiconductor (¿semiconductor? será superconductor!!). Todo esto es especulación. Quizá resulte que no tiene ningún uso.

Conde Russell: Señorías, ¿puede decirse que no hace nada en concreto y que lo hace muy bien? (WTF¿?)

Lord Reay: Señorías, bien podría ser el caso (¿¿¿???)

Lord Callaghan de Cardiff: Señorías, ¿de dónde procede el nombre?

Lord Reay: Señorías, recibe el nombre del ingeniero y arquitecto norteamericano Buckminster Fuller, quien desarrolló la cúpula geodésica que tiene un gran parecido con la estructura de la molécula. (Esto es cierto)

Fin de la Sesión.

Tenéis más información en los enlaces que he dejado en el propio texto. Conocí la anécdota del debate en la Cámara de los Lores leyendo el foro 100cia, que a su vez la tomó del libro “The Most Beautifull Molecule: The discovery of the Buckyball”.



Por Guillermo, publicado el 3 diciembre, 2010
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