De la máscara de yeso al robot que se queja

Por Irreductible, el 27 marzo, 2010. Categoría(s): ciencia • curiosidades • medicina • tecnologia

Hace un tiempo pasaba por la Aldea la historia de «L’ inconnue de la Seine«.

En 1880 una joven desconocida fue encontrada ahogada en el Sena. El rostro de aquella chica de unos 16 años cautivó a uno de los funcionarios de la Morgue de Paris que realizó una máscara mortuoria en yeso que se hizo muy popular en aquellos tiempos.

Casi un siglo más tarde, en 1960, su cara sirvió de modelo para la muñeca “Rescue Anne”, la muñeca-maniquí creada en 1960 y utilizada para realizar prácticas de reanimación boca a boca y cardiopulmonar.

Su creador pensó que los estudiantes de medicina se identificarían mejor con el paciente si el muñeco tuviera unos rasgos humanos, facilitando así las prácticas médicas…

Bueno, los tiempos avanzan y de aquella desconocida del Sena realizada en yeso hemos pasado a una era robotizada donde ya es posible casi cualquier cosa…

Desde las Universidades japonesas de Waseda, Kogakuin y Showa, y en colaboración con la empresa tecnológica Tmsuk, se ha desarrollado un robot, al que han llamado Hanako, y que supone un paso cualitativo en el campo de las prácticas médicas, en este caso en la odontología.

Hanako es un robot «paciente» capaz de ejecutar órdenes del dentista, abrir la boca, mover la mandíbula y la lengua, e incluso, segregar fluidos como la saliva.

Además y para acercarse aún más a la realidad, los japoneses la han dotado de realistas mecanismos de reacción: Pues sí, Hanako se queja si le duele, se mueve como lo haría una persona cuando le tocas algún nervio y reacciona quejándose al dentista…

Tenéis más información en Gizmodo y en CrunchGear.



Por Irreductible, publicado el 27 marzo, 2010
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